El director de ‘Succession’ confesó el truco para grabar la secuencia de la iglesia del noveno episodio de la serie: “Teníamos que hacer algo extremo”

Uno de los creadores de la exitosa serie de HBO reveló sus secretos para realizar el espectacular penúltimo capítulo ‘Succession’ ha emitido el que será su penúltimo episodio y, si bien este no ha sido tan estresante como el de la semana pasada, ha sido uno cargadísimo de emociones a flor de piel. Por supuesto, […]

Uno de los creadores de la exitosa serie de HBO reveló sus secretos para realizar el espectacular penúltimo capítulo

‘Succession’ ha emitido el que será su penúltimo episodio y, si bien este no ha sido tan estresante como el de la semana pasada, ha sido uno cargadísimo de emociones a flor de piel. Por supuesto, a partir de aquí, spoilers.

‘Iglesia y Estado’ ha estado centrado en su práctica totalidad por el funeral con todos los fastos de Logan Roy en medio de a) una fusión cada vez más compleja y traicionera y b) un descontento importante, con disturbios incluidos, por la victoria de Mencken (Justin Kirk) en las elecciones tal como vimos la semana pasada.

Así que si bien no tenemos tanto estrés, si que nos encontramos con un momento en el que salen a la luz tantas y tantas emociones que habían quedado medianamente reprimidas en la “semana más larga”. Y esto antes de siquiera pisar la iglesia donde se iba a celebrar el funeral. Un ritual en el que la serie de HBO vuelve a demostrar que tanto a nivel de guion como de dirección no tienen rival.

Al igual que pasó con el episodio 3, con la escena de la muerte (o más bien las reacciones en directo a la noticia) a bordo del yate de la boda de Connor (Alan Ruck), Mark Mylod, director de este episodio, quiso capturar en tiempo real todo lo que estaba pasando en orden de presentar todo el “flujo emocional” que requiere una escena como esta.

Según declara en el “Inside the Episode” de este noveno capítulo, la secuencia representaba todo un reto logístico:

“Pensé que la estructura era muy intrigante y emocionalmente tenso. Con todas estas escenas hiper emocionales, hay una confianza involucrada. El reto era conseguir la combinación correcta en la iglesia entre lo épico y lo íntimo, un desafío realmente logístico de simplemente tenerlo todo grabado. Teníamos una gran cantidad de páginas en la iglesia y una disponibilidad muy, pero que muy limitada (…). Con nuestro modo habitual de grabar en dos cámaras, no había manera de hacer este inmenso número de páginas y con tantas cosas increíblemente importantes, al menos que hiciésemos algo extremo”.

Para ello decidió volver a una de las técnicas más televisivas del mundo: la grabación multicámara… pero no tanto con la típica estructura de tres cámaras de, por ejemplo, una sitcom pero a algo más “grande” como los espectáculos de variedades:

“La solución para mí fue regresar a mis primeros días de director, cuando hacía multicámara, shows de sketches e incluso un gran programa de variedades en directo, donde había ocho cámaras con muchas señales de emisión externa. Y el aprendizaje de eso fue ser capaz de grabar con una gran cantidad de cámaras para grabar un montón de terreno muy rápido.

Así que diseñamos un sistema de cuatro cámaras, en las que las cámaras no se grabasen unas a otras. Así, una cámara podría estar en el que sea que hiciese la elegía, otra cámara en los hermanos, otra captando reacciones… y, de nuevo, lo hicimos con el sistema de “rueda y recarga” del que ya hablé en el episodio 3 para que lo pudiese ejecutar tal como lo hicimos en esa escena de la muerte de Logan y los hermanos enterándose”.

De este modo, Mylod propuso una ejecución similar cara a potencial el flujo emocional de todos los personajes asistentes al funeral. La idea de grabar de corrido toda la secuencia (lo que supone, además, cargar las cámaras ya que ruedan en celuloide) permitía construir de forma impresionante las emociones de cada uno:

“Hicimos una toma continua varias veces desde el momento en el que el ataúd era llevado a la iglesia, pasando por la procesión, los panegíricos… lo ejecutamos como un gran bloque. Ese era un intento de dar al reparto todo el flujo emocional que fuese posible, algo de lo que, en mi opinión, ellos siempre se benefician”.

Y continuó: “Rara vez hablamos de antemano con el reparto sobre un momento muy emocional. No les beneficia. Tienen su proceso donde se construye y prepara en sus cabezas y no quiero interferir con eso. Una vez que la toma comienza, se vuelve su propio animal y respondes a lo que estás viendo. Me guío por completo por la actuación, es crudo y nuestro modus operandi es ponerle arnés todo lo que podamos”.