El conductor pasó 10 días junto a su familia en la provincia que lo vio nacer y a su vuelta le dedicó un extenso texto donde resalta las cualidades y sensaciones de la provincia.
Darío Barassi se tomó unos días luego de un año pleno de trabajo, nuevos desafíos y la llegada de su segunda hija Inés. El conductor viajó 10 días a San Juan, la provincia donde nació junto a sus dos hijas y su mujer, para cargar las pilas, pasar las fiestas navideñas y disfrutar de las virtudes que tiene el lugar.
Y conmovido por los días llenos de disfrute, el conductor le dedicó un extenso posteo al lugar que lo vio nacer junto a algunas postales de la provincia: “Ahí se van 10 días espectaculares en mi provincia, hay q volver a casa, pero no fue suficiente. Siempre irse de San Juan tiene un gusto amargo”, comenzó escribiendo.
Y sumó: “Este viaje fue especial. Primera vez de Inés, que es la beba más divina y pancha del mundo, y Emilia ya más grande viviendo un San Juan más cercano a nuestra infancia. Primos, Diques, noches de verano eternas, horas de pile y terere. Enamorado de verme reflejado en mi muñeca mayor”, detalló.
Mientras que contó qué cosas cambiaron en su rutina diaria: “Modificamos bastante la rutina de sueño de nuestras hijas, léase se dormían a la 1 am todos los días, así que salió mucha siesta en auto. Manejé horas contando historias de San Juan, mirando montañas, respirando un aire seco y escuchando melodías para bebés. Cada siesta fue una suerte de recorrido colorido pero melancólico de mi pasado en esta tierra cuyana”, describió.
“Es que viví mucho acá, fueron años que me marcaron de por vida, lugares, amigos, experiencias, comidas, rituales, esa magia y encanto Sanjuanino está intacto, vive y late fuerte, me define. Soy un bendecido con la vida que tengo. Mis niñas, mi mujer, mi trabajo, mi casa, profesionalmente dejo todo lo que tengo pero mi carrera está muy iluminada, en fin tengo una vida bárbara y soy muy agradecido por eso. Pero en la diaria pierdo el valor de lo logrado”, comentó.
Al tiempo que se refirió a la cotidianeidad de la ciudad: “Ciudad, caos, demanda, distancias, agenda cargadísima, paternidad bla!!! No pierdo el eje pero x momentos me mareo y venir a San Juan, conectar con el que fui, con el que soñaba este presente, poder frenar y repasar el camino y la conquista es muy sanador, alentador, reconfortante. Eso es San Juan para mí. Un bálsamo, un lugar que conozco y me conoce, es un punto de partida que cobija y Cura. Es una zona segura a la qué hay q volver cuando pierdo el norte”, sostuvo.
“Eso es San Juan para mí. Un bálsamo, un lugar que conozco y me conoce, es un punto de partida que cobija y Cura. Es una zona segura a la qué hay que volver cuando pierdo el norte. San Juan es un refugio placentero, no el de Barassi, sino el de Darío. Es caricia, es abrazo cálido, es palmadita y aliento”, aseguró.
“Me vuelvo a la selva renovando, bronceado y con la piel seca, con el corazón explotado de afecto y la panza de semitas. Calculo que todos tiene un San Juan, pero sin ánimos de ofender presumo que el de ninguno es como el mío. Te amo SJ”, concluyó.