Vedran Smailović y el Sitio de Sarajevo son nombres que, a priori, no nos suenan a los argentinos. Sin embargo, son la causa de que exista el Día Internacional de las Bibliotecas. Descubrí el por qué en esta nota.
Todos alguna vez fantaseamos con tener una biblioteca súper robusta. Ya sea porque vimos una peli ambientada en la High School estadounidense, porque vimos un documental donde un entrevistado se sentaba delante de una estantería enorme de libros o, simplemente, porque queremos.
Hoy, 24 de octubre, celebramos el 25° Día Internacional de la Biblioteca, cuyo origen no es para nada alegre. De hecho, todo lo contrario.
La foto de arriba no fue sacada de ninguna película ni tampoco es un turista que quiso posar tocando el violonchelo en medio de unos escombros.
Esa foto es real, y quien está tocando el chelo es Vedran Smailović, un músico nacido en Bosnia-Herzegovina que sobrevivió al hecho histórico conocido como Sitio de Sarajevo.
El mismo fue un asedio perpetrado por el Ejército Popular Yugoslavo entre 1992 y 1996 durante la guerra de Bosnia. Además de unas 12 mil muertes y 50 mil heridos, el asedio transformó en escombros muchísimos edificios históricos. Entre ellos, la Biblioteca Nacional, que había sido inaugurada en 1894.
Con su caída, miles de libros y piezas históricas quedaron destrozadas e imposibles de recuperar. Por ello, Smailović tocó entre los escombros durante varios días en forma de repudio pacífico ante los hechos que estaban ocurriendo.
Cinco años después de lo ocurrido, se estableció que el 24 de octubre de cada año se debería celebrar el Día Internacional de la Biblioteca a lo largo y ancho del planeta.
En 2014 la Biblioteca Nacional de Sarajevo, gracias a aportes de la Unión Europea, fue reinaugurada ya reconstruida al completo. A día de hoy, ya trabaja con suma normalidad, aunque, todavía, el pueblo bosnio no olvida lo que sucedió hace casi 30 años.