Disney+ estrenó “Si estas paredes cantaran”, de Mary McCartney, hija del Beatle protagonista.
Sello discográfico EMI, 1967: en el Estudio 2 están Los Beatles grabando sutilezas para su obra cumbre, “Sgt. Pepper Lonely Hearts Club’s Band”, mientras el Estudio 1, el más grande, inaugurado en 1931 por Sir Edward Elgar junto a la Sinfónica de Londres, está repleto con varias docenas de músicos que graban las partes orquestales del mismo disco.
Luego, del otro lado de Abbey Road, tal como se conocía coloquialmente a la verdadera usina de la grabadora, había una banda nueva, Pink Floyd, grabando en el más modesto Estudio 3. Así es que en un parate de la grabación de su primer -y para muchos mejor- opus “The Piper at The Gates of Dawn” los jóvenes miembros de Floyd, liderados el por el gurú psicodélico Syd Barret, se entretenían escuchando los sonidos alocados que venían de los otros dos estudios. Tal como cuenta Ringo Starr, una de esas locuras incluía tres pianos de cola sonando al mismo tiempo para la nota final de “A Day In The Life”, la última canción de “Sgt. Pepper”.
Ese puñado de días de 1967 es solo uno de los tantos momentos legendarios que se vivieron durante 92 años en los estudios EMI, que hoy todos conocemos como Abbey Road, aunque recién recibieron ese nombre de manera oficial luego de la publicación del álbum homónimo con Los Beatles cruzando la calle del titulo.
La historia de Abbey Road es demasido rica como para un único documental. Como hizo George Lucas con la serie sobre Industrial Light & Magic, darle más de estos 90 minutos para armar una serie de episodios de una hora cada uno habría derivado en algo más rico y lleno de datos menos conocidos. Pero aquí tenemos este flamante “Si estas paredes cantaran”. De lo que nadie puede quejarse es de la ausencia de músicos famosos, empezando por el propio Paul McCartney, narrador principal del film, que toca no uno, sino dos pianos del estudio, uno medio desvencijado para rock desprolijo, tipo “Lady Madonna”, y otro elegantísimo, al que llama “el Steinway de Barenboin” (el pianista y director de orquesta argentino también tiene su fragmento junto a su recordada exesposa, la chelista Jacqueline du Pre).
Se sabe que en general el viejo Mac no suele brindarse tanto en casi ninguno de los tantísimos documentales para los que es convocado desde hace décadas, pero claro, “Si estas paredes cantaran” marca el debut en el largometraje de su hija Mary McCartney, quien hasta ahora se había limitado a los videos musicales de su padre y algunos de sus amigos rockeros, además de su hermana diseñadora de modas.
En lo formal y narrativo el film es tan documental y televisivo como el del más mediano canal de cable, solo que la realizadora tiene un nivel de acceso como nadie a la materia a documentar, y un presupuesto imposible a la hora de restaurar viejos archivos y documentos. En este sentido llama la atención que muchos pasajes históricos incluyan con material fílmico conocido y utilizado previamente hasta el hartazgo, empezando por las imágenes de Pink Floyd durante las sesiones de “Dark Side of the Moon” incluido en el famoso rockumental “Live at Pompeii”. Todo lo relacionado a Floyd es sorprendentemente chato dado que en vez de hablar sobre el estudio y sus posibilidades de grabación, tanto Roger Waters como David Gilmour prefirieron hablar sobre ellos mismos y de su fundador Syd Barrett, algo en nada relacionado con Abbey Road.
Pero de Los Beatles hay de todo, mucho conocido y algunos detalles nuevos que venían reservando tanto Paul como Ringo, más la voz del difunto George Martin y la actual de su hijo Giles.
Las mejores anécdotas vienen de las figuras menos pensadas, por ejemplo Jimmy Page, que no habla de Led Zeppelin sino de sus tiempos como sesionista tocando la guitarra en el tema de John Barry para el clásico de James Bond “Goldfinger”, con Shirley Bassey contando la dificultad de mantener una nota cuando los créditos proyectados en la pantalla del Estudio 1 eran demasiado largos para lo que se solía ver en la época.
Elton John es otra leyenda viviente que aparece hablando de sus tiempos de sesion-man, y así nos enteramos de que era él quien tocaba el piano en el hit “He’s Not Heavy, He’s My Brother” de The Hollies. Y el que explica con mayor rigor las cualidades que hacen de Abbey Road el mejor estudio en Inglaterra -“o tal vez en todo el mundo”- es John Williams,a quien se ve en tiempo presente y también en los tiempos en los que sus soundtracks para films de Spielberg y George Lucas salvaron de la bancarrota a EMI. Hacia 1980 circulaba un chiste en Londres sobre la diferencia entre EMI y el Titanic: “El Titanic al menos tenia una buena banda”.
Para los que quieren saber el verdadero secreto de un buen estudio, es Paul McCartney el que lo explica con gran síntesis en el prólogo: “Es un estudio donde todos los micrófonos funcionan bien. Parece una tontería, pero no es tan común como uno podría pensar”.
“Si estas paredes cantaran” (“If These Walls Could Sing”, GB, 2022) Dir.: M. McCartney. Int.: P. McCartney, R. Starr, J. Williams, J. Page. (Disney+).