Luciano Cáceres confesó detalles íntimos de su historia familiar: un exilio y una hermana oculta en Venezuela

El actor reveló algunos secretos de su árbol genealógico en un mano a mano con Sebastián Wainraich en “La Noche Perfecta”. Además contó cuál fue el trabajo más extraño que tuvo En tanto, el actor reconoció que ciertas vivencias las experimentó en sus personajes. “Creo que en el trabajo, de alguna manera, uno aplica la experiencia […]

El actor reveló algunos secretos de su árbol genealógico en un mano a mano con Sebastián Wainraich en “La Noche Perfecta”. Además contó cuál fue el trabajo más extraño que tuvo

En tanto, el actor reconoció que ciertas vivencias las experimentó en sus personajes. “Creo que en el trabajo, de alguna manera, uno aplica la experiencia de sus antepasados y esa cosa tan lúdica que tiene mi gestación, está puesta en los laburos que uno hace”.

Luciano también aclaró que tiene seis hermanos y recordó múltiples historias ocultas que fue desentrañando con el tiempo acerca de su familia. Respecto a su hermana en Venezuela, Cáceres detalló que su padre nunca se hizo cargo de ella, ya que ni siquiera sabía de su existencia. “‘Ella no sabe que yo existo’, me dijo mi viejo. Así que hay una Cáceres también en otro lado”, añadió el actor.

Con respecto a su niñez, Luciano compartió cómo afrontaba las adversidades económicas y para eso relató una anécdota de sus días escolares: “Siempre fui como muy responsable y me hice cargo de todos. Entonces mis hermanos más chicos iban en micro al colegio, yo los subía y me iba corriendo. Incluso por atajos a veces llegaba antes que ellos”, explicó, refiriéndose a su rol de hermano mayor.

El actor junto a su hija Amelia, a quien tuvo junto a Gloria CarráEl actor junto a su hija Amelia, a quien tuvo junto a Gloria Carrá

Además, Cáceres narró algunas de sus primeras experiencias laborales que contrastan con su carrera actual como actor y director. Desde ser kiosquero, cartero, ayudante de albañil, hasta electricista y plomero. “Sí, hice de todo. Tuve varias changas, también fui boletero y acomodador de entradas en teatros“, sostuvo y hasta recordó su efímero paso como estatua viviente en un supermercado mayorista para promocionar un jabón en polvo.

“Tenías que procurarte tu vestimenta y te daban un cartelito con el slogan. Y te quedabas parado ahí. 45 minutos y 15 de descanso. Pero yo creo que ahí entendí lo que era la meditación”, reflexionó y concluyó: “A ese trabajo llegué por otro colega también actor y me acuerdo que lo hicimos varios del palo: Diego Topa, Mercedes Funes, éramos un grupo de laburantes”.