La cantante vivió un mal momento cuando debió enfrentarse a su peor fobia. Superado el miedo, relató los pormenores del suceso en sus redes
La reconocida cantante María Becerra vivió un episodio inusual y perturbador durante su estadía en un hotel de Los Ángeles. En la madrugada del lunes, mientras descansaba, su habitación fue sorpresivamente invadida por un enjambre de abejas. La artista, que se encontraba en pleno sueño, fue despertada por un intenso zumbido y al abrir los ojos descubrió con horror que decenas de ellas volaban sobre su cabeza.
“Eran las 5 de la mañana de una noche nublada y de repente escucho como cuando el mosquito está zumbando, así pero por 50. Resultaron ser abejas. Abro los ojos y veo como 20 en la lámpara que tengo arriba, miro la otra lámpara que tengo lejos y como 50, miro la otra lámpara, que no la pude ver tanto porque soy medio chicata, pero eran un montón más”, comenzó su relato la intérprete.
Becerra, quien confesó en múltiples ocasiones su temor hacia los insectos, se encontró en un dilema. “¿Cómo es posible este suceso? ¿Cómo hago para salir de acá sin que me pique, sin terminar en el hospital porque alguna me picó la tráquea o algo así?”, se cuestionó a través de una serie de mensajes publicados a través de sus redes sociales.
“Cuando reacciono, pienso cómo salir de ahí, porque nos teníamos que ir a otro aeropuerto, y cómo hacerlo sin que me piquen, sin terminar en el hospital. Teníamos que salir a las 7 de la mañana, teníamos las valijas, todo preparado para abrir los ojos y bajarlas. Pero eran las 5 y lo iba a tener que hacer dos horas antes, porque de ahí me tenía que ir porque estaban meta entrar y entrar y no sé por dónde, porque yo tenía todo cerrado porque soy una psycho de los bichos, veo una polilla y ya me da miedo”, continuó sobre lo que se encontraba viviendo.
A pesar del miedo, tomó la decisión de enfrentar la situación: “Agarro mis cosas, la valija y tengo un momento de reflexión interna y me dije ‘María, el mundo es para los valientes, mirá hasta dónde llegaste, loquita’. Así que me puse de todo, me puse un jean, una boina, una campera con capucha y pensaba que hubiera menos lugares para picar. Tuve que tener valor y pasar ese pasillo de la muerte con dos lámparas y 50 abejas en cada uno”.
Sin embargo, previo a eso, pese a tomar el valor había calculado que no quería salir con la valija para que no resultara pesada su huída, por lo que decidió despertar a una de las personas que la acompañan en la gira: “Fui a despertar al Nata que duerme en un pasillo afuera de la habitación. Y paso yo corriendo sola por el pasillo, pero mi instinto de supervivencia fue más fuerte y volví a buscar mi valija, y no me pasó nada”, explicó con orgullo.