Un ataque aéreo registrado en la localidad de Alioshki, en la provincia de Jersón, dejó al menos siete personas muertas y más de 20 heridas. El hecho ocurrió en el mercado central de la ciudad, en momentos en que se encontraba colmado de personas, según informaron autoridades locales.
El gobernador regional, Vladímir Saldo, denunció que el ataque fue ejecutado por fuerzas ucranianas mediante drones FPV y que, incluso luego del primer impacto con víctimas fatales y heridos, se produjo una segunda oleada de dispositivos aéreos no tripulados.
Saldo aseguró que en las últimas 24 horas se intensificaron los bombardeos ucranianos en distintos puntos de la provincia, particularmente en zonas cercanas a la orilla del río Dniéper. Según indicó, también se registraron ataques contra viviendas de funcionarios municipales.
El Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia calificó el hecho como un “crimen de guerra” y apuntó que se trató de una ofensiva deliberada durante el Día del Trabajador, una fecha conmemorativa para la población local. Asimismo, advirtió que los responsables serán identificados y procesados conforme a la ley internacional.
En tanto, medios estatales rusos indicaron que el conflicto ha afectado la disponibilidad de ambulancias en la región, lo que dificultó las tareas de evacuación y asistencia inmediata a los heridos.
Desde Moscú volvieron a responsabilizar a los países que respaldan a Kiev con armamento y financiamiento por las consecuencias del conflicto, al señalar que estas acciones “bárbaras” reflejan una escalada que aleja las posibilidades de una resolución pacífica.