A solo una semana de asumir, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, decretó este domingo la intervención federal de la seguridad pública del Distrito Federal, es decir, la capital del país, Brasilia, luego que miles de bolsonaristas irrumpieran e invadieran la sede de los tres poderes del Estado, ante la inacción o incapacidad de la policía local.
El flamante mandatario prometió que todas las personas que invadieron el corazón del poder de Brasil -“verdaderos vándalos que destruyeron todo lo que tenían por delante”, los describió- “serán detenidos y sancionados”. Asimismo, adelantó: “Vamos a descubrir quiénes son los financiadores” del movimiento que mostró toda su fuerza este domingo en la capital de Brasil.
Eso sí, no dudó en apuntarle a su antecesor, Jair Bolsonaro. “Aprovecharon el silencio del domingo, cuando estábamos armando el gobierno, para hacer lo que hicieron. Y ustedes saben que existen varios discursos del ex presidente estimulando eso. Y eso también es responsabilidad de él y de los partidos que lo apoyaron”, sentenció Lula, casi al mismo tiempo que el titular del Partido Liberal, la fuerza por la que se presentó a la reelección Bolsonaro, repudiaba los ataques a los tres poderes.
Lula calificó el ataque de miles de bolsonaristas que pedían un golpe para derrocarlo como “un acto de barbarie” y, a los que participaron de él, como “fascistas”. También habló de un tema que será central a la hora de descubrir exactamente qué pasó y quién es responsable: “Hubo una falta de seguridad”, afirmó, mientras su partido ya señaló públicamente al gobernador del Distrito Federal, un aliado declarado del ex presidente Jair Bolsonaro, como el culpable.
Por eso, aunque el gobernador Ibaneis Rocha echó a su ministro de Seguridad -y ex ministro de Justicia de Bolsonaro- y puso “a disposición del Gobierno Federal” su propio Gobierno, el mandatario decidió avanzar de todas maneras con la intervención.
El interventor designado por Lula es Ricardo Garcia Cappelli, la actual mano derecha del flamante ministro de Justicia, Flávio Rocha. Es decir, tendrá el control sobre todas las fuerzas de seguridad del Distrito Federal para recuperar el control de la situación en Brasilia y evitar futuros desbordes de bolsonaristas, y solo responderá al Presidente de la República. Resta la incógnita si con esta intervención se pondrá fin a los campamentos de protesta de los simpatizantes del ex presidente que desde hace meses están en las calles.
Lula estaba visiblemente conmocionado y, por momentos, enojado. Destacó que el ataque a los tres poderes fue un ataque de la extrema derecha, la calificó de “violenta” y destacó: “Hicieron lo que la izquierda nunca hizo en la historia de nuestro país: nos reprimieron, nos torturaron, nos asesinaron, pero nunca vieron una noticia de un partido de izquierda, un movimiento de izquierda que invadiera el Congreso, la Presidencia o la sede del Supremo Tribunal Federal”.