El Papa continúa con su pedido de perdón por el rol de cristianos en el sistema de internados que sufrieron unos 150.000 niños. “He venido como amigo para encontrarme con ustedes, para ver, escuchar, aprender y apreciar cómo viven los pueblos indígenas de este país”, profundizó Jorge Bergoglio al reunirse con una delegación de nativos en Quebec.
El papa Francisco reconoció este viernes a un grupo de indígenas canadienses que se siente “parte de su familia”, al reunirse con una delegación de nativos en Quebec, en la última actividad de la segunda etapa de su visita al país norteamericano.
“Me atrevo a decir, si me lo permiten, que ahora, en cierto sentido, yo también me siento parte de su familia, y me siento honrado”, planteó Francisco al recibir en el arzobispado local a un grupo de indígenas del país.
El Papa, que la tarde de este viernes regresará a Roma tras una gira de seis días, planteó a los nativos que volverá “mucho más enriquecido”.
“Realmente puedo decir que, durante mi visita, fueron sus realidades, las realidades indígenas de esta tierra, las que visitaron mi alma; entraron en mí y siempre me acompañarán”
papa Francisco
“Porque llevo en el corazón el tesoro incomparable hecho de personas y de pueblos que me han marcado; de rostros, sonrisas y palabras que permanecen en mi interior; de historias y lugares que no podré olvidar; de sonidos, colores y emociones que vibran fuertes en mí”, explicó.
“Realmente puedo decir que, durante mi visita, fueron sus realidades, las realidades indígenas de esta tierra, las que visitaron mi alma; entraron en mí y siempre me acompañarán”, desarrolló Jorge Bergoglio, que durante su gira visitó un cementerio indígena, participó de una peregrinación a un lago milagroso y pidió perdón por el rol de cristianos en el sistema de internados que sufrieron unos 150.000 niños, entre otros gestos a los nativos.
“He venido a Canadá como amigo para encontrarme con ustedes, para ver, escuchar, aprender y apreciar cómo viven los pueblos indígenas de este país. He venido como hermano, a descubrir en primera persona los frutos, buenos y malos, producidos por los miembros de la familia católica local a lo largo de los años”, profundizó.
“No he venido como turista”, les dijo.
Si bien los 139 internados fueron instituidos por el Estado, unos 40 centros fueron gestionados por instituciones vinculadas al cristianismo y al catolicismo. Por allí pasaron miles de niños sin consentimiento de sus padres, en un intento por occidentalizar sus costumbres que incluyó miles de denuncias por muertes y abusos de todo tipo.
“He venido con espíritu penitencial, para expresarles el dolor que llevo en el corazón por el mal que no pocos católicos les causaron apoyando políticas opresivas e injustas”, recordó el Papa en su discurso de hoy.
“He venido como peregrino, con mis limitadas posibilidades físicas, para dar nuevos pasos adelante con ustedes y para ustedes; para que se prosiga en la búsqueda de la verdad, para que se progrese en la promoción de caminos de sanación y reconciliación, para que se siga sembrando esperanza en las futuras generaciones de indígenas y no indígenas, que desean vivir juntos fraternalmente, en armonía”, convocó.
Aún en recuperación de la lesión en su rodilla derecha que le impide caminar con normalidad, el Papa, de 85 años, usó una silla de ruedas durante la mayor parte de sus desplazamientos.
Tras el encuentro, el Papa, acompañado en toda la gira por un enviado especial de Télam a bordo del Airbus A330 en el que se desplaza, volará hacia la norteña Iqaluit, donde aterrizará a las 15.50 locales (16.50 de Argentina) para iniciar la tercera y última etapa de la visita que inició el domingo en Edmonton.
Desde Iqaluit, donde se reunirá con ancianos y jóvenes del pueblo Inuit, el Papa despegará hacia Roma a las 18.45 locales para aterrizar en el aeropuerto Fiumicino de la capital italiana a las 7.50 del sábado (2.50 en Argentina).