La tensión en Medio Oriente no deja de escalar y, en la misma semana en la que la Corte Penal Internacional (CPI) emitió órdenes de arresto contra el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, el exministro de Defensa, Yoav Gallant, y el líder del ala militar de Hamás, Mohammed Diab Ibrahim Al-Masri, encontraron el cuerpo del rabino desaparecido Zvi Kogan en los Emiratos Árabes Unidos y un hombre armado murió y tres policías jordanos fueron apuñalados después de un tiroteo cerca de la embajada israelí en la capital, Ammán.
Los hechos, no relacionados directamente entre sí, contribuyen a la pintura de una región donde la violencia por cuestiones políticas y religiosas sigue en aumento y no da tregua, especialmente recrudecida luego del brutal ataque del 7 de octubre de 2023 de parte de Hamás a un grupo de personas que participaban de un festival en el sur de Gaza.
El rabino Zvi Kogan, el representante de Jabad en los Emiratos Árabes Unidos, había desaparecido el jueves. Este domingo, Netanyahu aseguró en un comunicado que el religioso de 28 años fue asesinado, y calificó a su crimen de “atroz incidente terrorista antisemita”. “El Estado de Israel actuará con todos los medios para buscar justicia con los criminales responsables de su muerte”, añadió.
Kogan vivía en Dubai con su esposa, Rivky, que es ciudadana estadounidense. Tenía un comercio de productos kosher, que había sido objeto de protestas online por parte de partidarios de Palestina.
Los Emiratos Árabes Unidos reconocieron diplomáticamente a Israel en 2020. Desde entonces, se han establecido sinagogas y negocios que atienden a comensales kosher para la creciente comunidad judía, pero la violencia de los últimos años tensó las relaciones.
Por otra parte, en la capital jordana, la Policía le disparó a un hombre armado que había atacado a un patrullero en el barrio de Rabiah. El agresor, que llevaba un arma automática, fue perseguido durante al menos una hora antes de ser acorralado y asesinado justo antes del amanecer, según una fuente de seguridad.
El ministro de Comunicaciones de Jordania, Mohamed Momani, describió el tiroteo como un ataque terrorista dirigido contra las fuerzas de seguridad pública en el país y afirmó que las investigaciones sobre el incidente estaban en marcha. “Trabajar con la seguridad de la nación y atacar al personal de seguridad se encontrará con una respuesta firme”, planteó Momani a Reuters, y agregó que el hombre armado tenía antecedentes penales en el tráfico de drogas.
El área donde ocurrió el incidente es un punto crítico para las frecuentes manifestaciones contra Israel. Muchos de los 12 millones de ciudadanos jordanos son de origen palestino, ya que ellos o sus padres fueron enviados o huyeron a Jordania en los combates que acompañaron la creación de Israel en 1948, y tienen lazos familiares en el lado israelí del río Jordán.