El Papa Francisco se presentó el sábado en el Estadio Olímpico de Roma para dar simbólicamente el pistoletazo de salida a un partido de fútbol con motivo de las
celebraciones del “Día Mundial del Niño”, organizadas por el Vaticano.
Francisco, de 87 años y aquejado de problemas de salud, se levantó de su silla junto al terreno de juego cuando un niño, acompañado por el ex portero de la selección italiana Gianluigi
Buffon, le entregó el balón.
El Santo Padre, de origen argentino y gran aficionado al fútbol, dio un suave golpecito con el pie al balón antes de ver cómo se desarrollaba la acción en el campo del estadio, sede de los clubes profesionales de la ciudad, AS Roma y Lazio. Más tarde, el Sumo Pontífice le devolvió el balón para que lo firmara.
En respuesta a la pregunta de un niño, el Papa dijo que se había alegrado mucho cuando Argentina ganó el Mundial de 2022. Pero dijo que no le había gustado el famoso gol con la mano de Diego Maradona que les ayudó a ganar el Mundial de 1986. Maradona comentó entonces que el gol contra Inglaterra en cuartos de final se marcó “un poco con la cabeza de Maradona, un poco con la mano de Dios”.
De buen humor, Francisco saludó a niños de más de 100 países, repartió caramelos y animó a los presentes a darse la mano en un gesto de paz.
Anteriormente, Francisco había celebrado una audiencia en el Vaticano con niños de regiones asoladas por la guerra, entre ellos palestinos y ucranianos.
Las celebraciones del “Día Mundial de la Infancia” inaugural del Vaticano continúan el domingo con una misa especial en el Vaticano seguida de una lectura del actor italiano Roberto Benigni.