Una manifestación récord contra la reforma de la jubilación en Francia se extendió el sábado a la tarde en París y en las principales ciudades del país. Familias enteras marchaban pacíficamente, en plenas vacaciones escolares y un sábado, el día que las empresas no pueden descontar los salarios de los que participaban.
La CGT anunció medio millón de manifestantes en París. La prefectura aún no ha anunciado sus cifras. En la última movilización participaron 2 millones de personas en toda Francia, según los sindicatos.
Pero los organizadores no consiguieron que los anarquistas violentos de los Black Blocs no los infiltraran y nuevamente hubo incidentes y enfrentamientos en la rue de Charonne, al final de la marcha, en París.
Un auto fue quemado, cuando en la protesta participaban todas las generaciones en la marcha: abuelos, hijos y nietos, unidos contra el proyecto gubernamental que quiere extender la jubilación hasta los 64 años. Los franceses se niegan a trabajar más allá de los 62 años y argumentan que la extensión altera su estilo de vida.
Los contenedores de basura fueron volcados por hombres vestidos de negro y se inició un incendio en medio de la calle. La Policía intentó dispersar a los encapuchados. Los bomberos se movilizaron para extinguir las llamas. Hubo al menos cuatro detenidos.
¿Nueva huelga el 7 de marzo?
Si el presidente Emmanuel Macron no retira el proyecto, una nueva huelga general “reconducible” se extenderá el 7 de marzo. Los sindicatos amenazan con un endurecimiento del movimiento. Su temor es que los partidos de izquierda, los estudiantes y los liceístas copen la protesta y la radicalicen, cuando ellos tratan de mantener el control y abiertas las negociaciones con el gobierno.
Después de la violencia en París, la manifestación se dividió en dos, huyendo de las barricadas y la represión con gases lacrimógenos. Las tensiones estallaron en la rue de Charonne, en el distrito 11 de París, cerca de la Bastilla. Parte de los sindicatos se vio impedido de avanzar por la intervención policial. Los agentes utilizaron gases lacrimógenos para dispersar a varias decenas de individuos vestidos de negro.
Una segunda marcha también se dirigió hacia la Plaza de la Nation por decisión policial. Si el evento principal tomó Boulevard Voltaire para llegar a Place de la Nation, una segunda columna pasó por Boulevard Beaumarchais. Había una presencia policial débil, pero una gran caravana de vehículos de la gendarmería estuvo estacionada no muy lejos, rue du Faubourg Saint Antoine, a lo largo de la marcha.
Los estudiantes y liceístas movilizaron con fuerza. Una presencia que hace temer a los sindicatos sobre el control de la marcha.