Irán vivió este sábado una nueva jornada de protestas marcada por enfrentamientos callejeros y trabajadores en huelga, casi cuatro semanas después de la muerte de Mahsa Amini, que desencadenó una ola de condenas en el mundo y una sangrienta represión.
Amini, una mujer kurda iraní de 22 años, fue detenida el 13 de septiembre por la policía de la moral en Teherán por supuestamente no respetar el estricto código de vestimenta para las mujeres en Irán, que les obliga a llevar el velo.
Murió tres días después en el hospital y su muerte desencadenó protestas en el país y movimientos solidarios en todo el mundo.
Las manifestaciones, las más importantes en Irán desde las de 2019 contra el aumento del precio de la gasolina, fueron reprimidas con sangre.
El viernes, las autoridades iraníes afirmaron que la muerte de la joven no fue causada por “golpes”, sino por las secuelas de una enfermedad. Su familia, en cambio, insiste en que gozaba de buena salud.
Jornada violenta
Los iraníes, entre ellos jóvenes universitarios y alumnas de colegios, volvieron a salir a la calle este sábado, pese a que el presidente ultraconservador Ebrahim Raisi afirmó ante estudiantes de la universidad de Al-Zahra en Teherán -exclusivamente para mujeres- que no servirían a los intereses del “enemigo”.
“El enemigo pensó que podría buscar sus objetivos en la universidad, sin darse cuanta de que los estudiantes y profesores están despiertos y no permitirán que los falsos sueños del enemigo se cumplan”, dijo el mandatario.
A su salida, un grupo de estudiantes abucheó al mandatario, según mostraron videos en las redes sociales, cuya autenticidad no pudo ser verificada.
En un ambiente tenso, algunas personas discutían con policías, mientras los primeros gases lacrimógenos comenzaban a oscurecer las calles.
“Muerte a la República Islámica”, gritaba un grupo de jóvenes en una calle lateral de la universidad de Teherán, a lo que añadían “República Islámica no te queremos, no te queremos”.
Hubo protestas en varios barrios de la capital, así como en Isfahán, Karaj, Shiraz y Tabriz, entre otras ciudades.
Según la ONG Iran Human Rights (IHR, con sede en Oslo), al menos 92 manifestantes fueron asesinados desde el inicio de la represión.
En Saqqez, situada en el Kurdistán (oeste) y de donde era originaria Amini, un grupo de alumnas se manifestó agitando sus velos encima de sus cabezas, según videos grabados el sábado, informó la organización de derechos humanos Hengaw, con sede en Noruega. “Mujer, vida, libertad”, coreaban.
En otro video ampliamente compartido en Twitter, un hombre parece haber sido asesinado mientras estaba sentado frente al volante de su coche en Sanandaj, la capital de la provincia del Kurdistán, donde se escucharon disparos.