En los últimos dos meses el país de Medio Oriente vive una de las mayores revueltas sociales contra el régimen y por el rol de la mujer.
Por primera vez en lo que va de las protestas, Irán condenó a muerte a un hombre al hallarlo responsable del incendio en un edificio gubernamental, entre otros delitos.
El Tribunal Revolucionario de Teherán declaró culpable al sujeto, cuyo nombre no fue informado, por “incendiar un edificio gubernamental, alterar el orden público, reunirse y conspirar para cometer un delito contra la seguridad nacional, y ser enemigo de Dios y de corrupción en la tierra”.
Las protestas se llevan a cabo desde hace dos meses por el crimen de la joven Mahsa Amini el 16 de septiembre, el rol de la mujer en el país de Medio Oriente y el régimen.
Además del hombre sentenciado a muerte, otras cinco personas más fueron encontradas culpables por “perturbación del orden público, reunión y conspiración para cometer crímenes contra la seguridad nacional”. Deberán cumplir una pena de entre cinco y diez años de prisión pero lo importante es que las condenas pueden ser apeladas.
La organización Irán Human Rights informó que en estos momentos todavía hay 20 personas que están siendo investigadas y que podrían recibir una condena de muerte por liderar las protestas.
Desde el comienzo de los reclamos la Policía iraní ya detuvo a más de 15 mil personas y hubo más de 339 muertos. Días previos a esta condena las autoridades judiciales acusóa más de 2.000 personas por diversos delitos por su participación en las movilizaciones.
En estos momentos la situación del país está al rojo vivo ya que las protestas se extendieron a más de 140 ciudad y pueblos convirtiéndolo así en una de los mayores revuelos de la sociedad.
Mientras que continúan las movilizaciones, los políticos iraníes calificaron las protestas como “disturbios” instigados por los enemigos extranjeros del país.