Algunos políticos de la oposición italiana, entre ellos el ex primer ministro Giuseppe Conte, se negaron a asistir al servicio.
El ex primer ministro italiano Silvio Berlusconi sigue dividiendo a su país incluso tras su muerte, ya que la decisión del Gobierno de Italia, que incluyó a su antiguo partido, de honrarlo con un día de luto nacional el miércoles ha desatado la polémica.
Berlusconi falleció el lunes a los 86 años y su funeral de Estado, que tuvo lugar en el Duomo de Milán este miércoles por la tarde, atrajo a unas 10 mil personas, entre ellas altos dirigentes políticos, dignatarios extranjeros y deportistas.
Algunos políticos de la oposición italiana, entre ellos el ex primer ministro Giuseppe Conte, se negaron a asistir al servicio, mientras que la ex ministra de centro-izquierda Rosy Bindi afirmó que se estaba produciendo una “santificación inapropiada”.
Berlusconi es despedido con innumerables muestras de afecto. Aunque hubo muchas críticas por los funerales en Italia. FOTO: REUTERS
Los ex primeros ministros italianos han recibido funerales de Estado en el pasado, pero es la primera vez que se convocó también un día de luto nacional, un honor sin precedentes.
Italia está gobernada por una coalición de derechas formada por el partido Fratelli d’Italia de la primera ministra Giorgia Meloni, la Liga de Matteo Salvini y el antiguo partido de Berlusconi, Forza Italia.
El día de luto no fue festivo, sino un homenaje simbólico en el que las banderas ondearon a media asta en los edificios públicos. El Parlamento Europeo también decidió presentar sus respetos de esta manera.
Bindi, una mujer a menudo vilipendiada por las mofas sexistas de Berlusconi, dijo que el día nacional era una “falta de respeto hacia la mayoría” de los italianos que se oponían al difunto líder.
Berlusconi, cuatro veces primer ministro, fue una figura muy divisiva que sentó las bases para otros hombres de negocios convertidos en políticos, como el ex presidente de Estados Unidos Donald Trump, con una carrera salpicada de escándalos y procesos judiciales.
En el interior del Duomo, la catedral de Milán, estuvieron Meloni, el presidente Sergio Mattarella y la líder del Partido Democrático (PD), de centro-izquierda, Elly Schlein; en tanto, la actividad parlamentaria se suspendió de facto el miércoles para permitir a los políticos participar en el oficio.
Entre los pocos dignatarios extranjeros se encontraban el emir de Qatar, el jeque Tamim bin Hamad Al-Thani, el presidente de Irak, Abdel Latif Rachid, y el primer ministro húngaro Viktor Orban.
Berlusconi también fue homenajeado con anuncios a toda página en los periódicos de su familia y de su empresa de medios de comunicación MFE.
Más allá de sus negocios vinculados al mundo del espectáculo y el entretenimiento, el empresario fue titular del club de fútbol AC Milán, uno de los más importantes de su país, durante dos décadas.
Con información de la agencia Reuters