El secretario general de la ONU dijo que la humanidad está a “un error de cálculo de la aniquilación nuclear”, un riesgo que “no se veía desde el apogeo de la Guerra Fría”, al hablar al inicio de la conferencia de los 191 países firmantes del TNP.
El secretario general de la ONU, António Guterres, dijo que la humanidad está a “un error de cálculo de la aniquilación nuclear”, un riesgo que “no se veía desde el apogeo de la Guerra Fría”, al hablar al inicio de la conferencia de los 191 países firmantes del Acuerdo de No proliferación Nuclear (TNP), un encuentro que fue aplazado en 2020 por el coronavirus y que ahora coincide con renovados temores de una confrontación o un accidente atómico por la guerra entre Rusia y Ucrania.
“Hemos tenido una suerte extraordinaria hasta ahora. Pero la suerte no es una estrategia ni un escudo para impedir que las tensiones geopolíticas degeneren en conflicto nuclear”, dijo Guterres.
“Hemos tenido una suerte extraordinaria hasta ahora. Pero la suerte no es una estrategia ni un escudo para impedir que las tensiones geopolíticas degeneren en conflicto nuclear”
António Guterres
“Hoy, la humanidad está a un malentendido, a un error de cálculo de la aniquilación nuclear”, advirtió, al instar al mundo “que se deshaga de sus armas nucleares”.
El encuentro
Los representantes los países firmantes se reunirán desde este lunes en la ONU para examinar el TNP, un pacto internacional vigente desde hace más de medio siglo cuyo objetivo es evitar el despliegue de armas nucleares y tecnología armamentística, promover la cooperación para el uso de energía nuclear con fines pacíficos y alcanzar la meta del desarme.
Contiene acuerdos en materia de no proliferación, desarme, energía nuclear y zonas libres obligando a los países firmantes a renunciar a la posesión de este tipo de armamento, con la excepción de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, a quienes conmina de manera vaga a hacer pasos hacia el desarme.
Las naciones sin armas nucleares prometieron no adquirirlas, mientras que Reino Unido, China, Francia, Rusia (entonces la Unión Soviética) y los Estados Unidos, que sí las poseían, acordaron negociar para eliminar sus arsenales algún día.
Todos respaldaron el derecho de todos a desarrollar la energía nuclear con fines pacíficos.
India y Pakistán, que no firmaron el TNP, desarrollaron bombas atómicas, al igual que Corea del Norte, que ratificó el pacto pero luego anunció que se retiraba, mientras se cree que Israel, que no es signatario, tiene un gran arsenal nuclear que no confirma ni niega.
Abierto a la firma en 1968, entró en vigor en 1970 y desde entonces es la piedra angular del régimen mundial de no proliferación nuclear.
El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), con sede en Viena y actualmente dirigido por el argentino Rafael Grossi, se encarga de supervisar y hacer cumplir esas promesas.
Si bien el TNP pudo tener un papel de contención, las metas marcadas por el propio tratado están aún muy lejos de ser alcanzadas ya que en la actualidad hay más países poseedores de armamento nuclear que en el momento de la entrada en vigor.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, pidió a Rusia y China entablar conversaciones sobre el control de armas nucleares, y afirmó que Moscú tiene esa responsabilidad desde su invasión a Ucrania iniciada en febrero pasado.
Biden explicó que está dispuesto a “negociar rápidamente” un texto que sustituya el Nuevo START, el tratado que limita el armamento nuclear intercontinental de Estados Unidos y Rusia y que expira en 2026.
“Rusia debe demostrar que está dispuesta a reanudar los trabajos sobre el control de armas nucleares”, afirmó en un comunicado, antes de las discusiones globales en la ONU.
La reunión de cuatro semanas tiene como objetivo generar un consenso sobre los próximos pasos, pero las expectativas son bajas para un acuerdo sustancial. Argentina estará representada por el canciller Santiago Cafiero
En teoría, las reuniones para evaluar cómo funciona el tratado se realizan cada cinco años, pero la conferencia de 2020 se retrasó en varias ocasiones debido a la pandemia de coronavirus.
Finalmente comienza luego de que el conflicto en Ucrania iniciado en febrero pasado con la invasión rusa renovara los temores a una confrontación nuclear o a un accidente en alguna de las tantas centrales atómicas ucranianas y aumentara la urgencia de tratar de reforzar el tratado.
Sin embargo, Ucrania no es el único tema candente.
Corea del Norte da muestras de estar preparando su primera prueba de armas nucleares desde 2017. Además, conversaciones sobre la reactivación del acuerdo destinado a evitar que Irán desarrolle armas nucleares están en el limbo.
Estados Unidos y Rusia solo tienen un tratado restante que restringe sus armas nucleares y han estado desarrollando nuevas tecnologías.
El año pasado, Reino Unido elevó un límite autoimpuesto a sus reservas de armas atómicas, mientras que China ha advertido que se encuentra modernizando -según Estados Unidos, expandiendo- el que es el tercer arsenal nuclear más grande del mundo.
En Beijing, el portavoz de la cancillería china, Zhao Lijian, dijo que su país quería trabajar para mejorar la gobernanza nuclear global y defender el orden internacional y “salvaguardará firmemente los intereses y derechos legítimos de seguridad y desarrollo de China y el mundo en desarrollo”.
La cantidad total de armas nucleares en todo el mundo se redujo en más de un 75% desde un máximo de mediados de la década de 1980, en gran parte debido al final de la Guerra Fría entre Estados Unidos y la ex Unión Soviética.
Pero los expertos estiman que quedan unas 13.000 ojivas en todo el mundo, la gran mayoría en Estados Unidos y Rusia.