La violencia política explotó en Brasil, donde un policía irrumpió en una fiesta de cumpleaños gritando consignas a favor del presidente Jair Bolsonaro y mató a tiros a un dirigente del partido del expresidente y candidato presidencial Luiz Inácio “Lula” da Silva, antes de morir alcanzado por disparos de defensa de su víctima.
El hecho ocurrió anoche durante una fiesta en un club de Foz de Iguazú, estado de Paraná, en la frontera con la provincia de Misiones y según la policía el ataque del bolsonarista tuvo motivaciones políticas.
Marcelo Arruda celebraba su cumpleaños 50 vestido con una camiseta con la imagen de Lula en un club decorado con imágenes del expresidente cuando un policía penitenciario federal, Jorge Guaranho, interrumpió la fiesta con su esposa con un bebé en brazos al grito de “Bolsonaro presidente, hijos de puta”, según relataron testigos a la prensa local.
El policía bolsonarista se retiró después de este primera irrupción y regresó solo 20 minutos después armado y disparando, tras lo cual Arruda, que es guardia de la municipalidad de Foz de Iguazú, tesorero local del Partido de los Trabajadores y había sido candidato a vicealcalde en las elecciones municipales de 2020, respondió con su arma reglamentaria. Arruda recibió tres tiros y el policía bolsonarista cinco, según informó la Secretaría de Seguridad Pública.
La reacción de Lula por el crimen de Marcelo Arruda en Brasil
En sus redes sociales, Lula se solidarizó con la familia de Arruda: “Dos familias perdieron a sus padres. Los niños quedaron huérfanos, incluidos los del agresor. Mis sentimientos y solidaridad a la familia, amigos y compañeros de Marcelo Arruda”, afirmó el exmandatario y candidato presidencial en Twitter.
Además, Lula culpó por lo sucedido a Bolsonaro y pidió “comprensión” para con la familia del policía agresor. “También pido comprensión y solidaridad con los familiares de José da Rocha Guaranho, quienes perdieron a un padre y un esposo por un discurso de odio estimulado por un presidente irresponsable”, sostuvo, y pidió por la necesidad de “democracia, diálogo, tolerancia y paz”.
La presidenta del PT, Gleisi Hoffmann, vinculó el homicidio al “discurso de odio y a la población peligrosamente armada” por el Gobierno del presidente Jair Bolsonaro. “Embalados por un discurso de odio y peligrosamente armados por la política actual del presidente de la República, que estimula el enfrenamiento, el conflicto, el ataque a adversarios, cualquier persona adherida a este proyecto de muerte y destrucción viene transformándose en agresora o asesina”, dijo Hoffmann al lamentar el fallecimiento del dirigente de Foz do Iguazú, estado de Paraná, fronterizo con Misiones.
El homicidio ocurrió dos días después de que el jueves un hombre fuera detenido en Río de Janeiro luego de lanzar un explosivo casero contra la multitud que esperaba a Lula en un acto. El episodio motivó que Lula usara un chaleco antibalas por primera vez en actos abiertos.
No es la primera vez que un hecho de violencia política ensombrece a Brasil en medio de una campaña presidencial. En marzo de 2018, meses antes de las elecciones que llevaron a Bolsonaro al poder, la dirigente del PT y activista por los derechos afro y LGBT Marielle Franco fue asesinada a disparos en un crimen atribuido a grupos parapoliciales de Rio de Janeiro pero que hasta ahora no fue esclarecido.