El pontífice argentino aseguró que es “reaccionaria” y politizada.
El papa Francisco lamentó lo que consideró que es una Iglesia católica “reaccionaria” en los Estados Unidos, donde, según él, la ideología política sustiyo a la fe en algunos casos.
En los 10 años transcurridos desde su elección, Francisco fue criticado por sectores conservadores de la Iglesia estadounidense que se oponen a reformas como dar más protagonismo a las mujeres y a los católicos laicos y hacer que la Iglesia sea más acogedora y menos crítica con algunos, incluido el colectivo LGTB.
Francisco formuló sus comentarios el 5 de agosto en una reunión privada en Lisboa con miembros de la orden jesuita, a la que pertenece, durante su viaje para la Jornada Mundial de la Juventud. Fueron publicadas el lunes por la revista jesuita La Civiltà Cattolica.
En una sesión de preguntas y respuestas, un jesuita portugués comentó que, durante un año sabático en Estados Unidos, le entristeció que muchos católicos, incluidos algunos obispos, se mostraran hostiles al liderazgo del Papa.
“Usted ha visto que en Estados Unidos la situación no es fácil: hay una actitud reaccionaria muy fuerte. Está organizada y condiciona el modo de ser de la gente, incluso emocionalmente”, le respondió el papa.
Los conservadores religiosos de Estados Unidos se alinearon a menudo con medios de comunicación políticamente conservadores para criticar al papa por una serie de cuestiones como el cambio climático, la inmigración, la justicia social, sus llamamientos al control de armas y su oposición a la pena de muerte.
“Usted ha estado en Estados Unidos y dice que ha sentido un clima de cerrazón. Sí, este clima se puede experimentar en algunas situaciones”, evaluó Francisco, de acuerdo con un cable de la agencia de noticias Reuters.
El papa amplió: “Y allí se puede perder la verdadera tradición y recurrir a las ideologías como apoyo. En otras palabras, la ideología sustituye a la fe, la pertenencia a un sector de la Iglesia sustituye a la pertenencia a la Iglesia”.
Francisco opinó que sus críticos deberían entender que “hay una evolución adecuada en la comprensión de las cuestiones de fe y moral” y que mirar hacia atrás es “inútil”.
Como ejemplo, citó que algunos pontífices hace siglos eran tolerantes con la esclavitud, pero que la Iglesia evolucionó.