El profesor Silvio Arias, quien hace unos días le escribió una carta abierta a Carolina “Pampita” Ardohain pidiéndole colaboración para que ayude en la difusión y visualización de la problemática del río Atuel, ahora escribió otra misiva pero dirigida a todo el país.
Santa Rosa, La Pampa, 27 de julio de 2023
CARTA AL PAIS
Queridas/os Compatriotas:
Desde hace setenta y seis años, las y los pampeanos sufrimos los efectos de una catástrofe ambiental sin precedentes en nuestro país. El corte del cauce del río Atuel por parte de Mendoza, ha condenado a muerte toda posibilidad de vida en nuestro oeste provincial, incluido el sur mendocino. Consecuencia de ello se perdieron hectáreas de regadío, su gente migró de manera forzada y el paisaje –con su flora y fauna- se transformaron en un auténtico desierto por obra de la mezquindad humana.
Resulta inaceptable que en pleno siglo XXI, un bien considerado un derecho fundamental y estratégico para el desarrollo armonioso de las comunidades, sea robado unilateralmente por una provincia en detrimento de otra, sin mediar consecuencias; desoyendo décadas tras décadas los pronunciamientos jurídicos y pactos políticos al respecto. Los gobiernos mendocinos jamás han acatado los fallos favorables a La Pampa, en éste conflicto.
Tamaña injustica, pone en evidencia la falla del Estado Nacional, al no haber podido establecer hasta ahora -por imperio de su fuerza-, mecanismos efectivos que garanticen de manera equitativa la provisión de agua en todo su territorio, ocasionando una grieta más. De un lado, ciudadanos privilegiados que acceden al agua por proximidad al origen del recurso. Por otro lado nosotros, las víctimas de la apropiación indebida de ese cauce por parte de los primeros. Esa desigualdad de acceso al agua, es subsanable con voluntad humana y política, generando las inversiones correspondientes.
Entre los falaces argumentos mendocinos esgrimidos para negarnos el agua, mencionan la baja del caudal en determinados momentos del año y la falta de obras de riego en nuestra provincia para recibir ese caudal y hacerlo productivo. Ambas son erróneas. Mendoza no puede seguir regando por derrame o inundación sus campos, cuando podría optimizar su uso por aspersión o goteo y de esa manera el agua alcanzaría para todos. Mendoza inunda o desertifica el oeste pampeano cuando se le antoja, según su conveniencia.
En un mundo con serios problemas medioambientales, afectando gravemente todos los aspectos de la vida –flora, fauna, recursos naturales-, las políticas públicas de los estados deberían pasar de la proclama a la acción, garantizando el acceso igualitario a un bien tan preciado como el agua dulce.
Compatriotas, ayúdennos a viralizar éste drama ambiental a través de sus redes sociales, compartiendo esta nota. La cuestión es “cosa juzgada”, favorable a La Pampa, con todos los estudios jurídicos y académicos que avalan nuestro reclamo sobre el tema.
El agua es de todos y de todos la lucha por su acceso y cuidado. De la misma manera que los argentinos no renunciamos a Malvinas, los pampeanos no renunciamos al cauce del río Atuel sobre La Pampa. Mendoza debe soltar el agua que también nos pertenece. La solución es humana. Por un país auténticamente federal, solidario y con justicia social ¡escúchennos!.-
“EL RÍO ATUEL TAMBIÉN ES PAMPEANO”