Durante el tercer día del juicio oral por el homicidio de Lucio Abel Dupuy se escucharon los testimonios de seis personas que estuvieron en el hospital Evita, el 26 de noviembre del año pasado, cuando dos vecinos y una de las acusadas, Abigail Páez, llegaron con el niño de cinco años para que sea atendido. Esa noche, poco después del arribo, un médico constató su fallecimiento.
Por la muerte de Lucio están acusadas su mamá, Magdalena Espósito Valenti, y su pareja, Páez, quienes hasta ahora presenciaron todas las audiencias del juicio oral que se está desarrollando en el Centro Judicial de Santa Rosa y que está previsto culmine el jueves 22 de diciembre.
El proceso está a cargo de la Audiencia de Juicio, integrada por la jueza Alejandra Ongaro y los jueces Andrés Olié y Daniel Sáez Zamora.
Hoy asistieron además, por el Ministerio Público Fiscal, las fiscalas Verónica Silvana Ferrero y María Mónica Rivero y el fiscal Marcos Sacco; por el Ministerio Público de la Defensa, los defensores públicos María Silvina Blanco Gómez y Pablo De Biasi –en nombre de Páez y Valenti, respectivamente–; por la querella particular, el apoderado José Mario Aguerrido (en representación del padre de Lucio, Christian Dupuy, quien nuevamente no asistió); y la asesoras de niñas, niños y adolescentes, Graciela Massara, quien estuvo presente en todas las audiencias.
Los testigos de la tercera jornada –citados a requerimiento de la fiscalía– fueron un médico, tres enfermeras y dos policías. Todas las partes les formularon preguntas.
El primero en declarar fue uno de los policías que aquella noche estaba cumpliendo funciones en el hospital. Él relató lo que pasó cuando los vecinos y Páez ingresaron con Lucio, describió cómo vio a la víctima una vez que había fallecido y detalló la llegada de Espósito Valenti al lugar.
Luego testificaron un médico y tres enfermeras. Ellos respondieron preguntas sobre qué personal atendió a Lucio; qué procedimientos y prácticas médicas se realizaron; si el menor tenía lesiones y eventualmente qué tipo de lesiones y en qué partes del cuerpo; qué explicaciones dio Páez acerca de lo que había pasado; etc.
El último testigo fue un policía del área de Niñez que concurrió al Evita y participó de las diligencias posteriores a la muerte de Lucio; incluyendo allanamientos efectuados en las horas posteriores al hecho.
La acusación del Ministerio Público Fiscal contra la madre es de abuso sexual gravemente ultrajante por su duración y formas concretas de realización y con acceso carnal vía anal y oral; agravado por ser la ascendiente, por ser cometido por dos personas y por existir convivencia entre ella y la víctima menor de 18 años; todo como delito continuado; en concurso real con homicidio calificado por ser la ascendiente, por ensañamiento y alevosía.
A Páez le imputó abuso sexual gravemente ultrajante por su duración y formas concretas de realización y con acceso carnal vía anal y oral; agravado por ser la guardadora al momento de los hechos, por ser cometido por dos personas y por existir convivencia entre ella y la víctima menor de 18 años; todo como delito continuado; en concurso real con homicidio calificado por ensañamiento y alevosía.
La querella, en el alegato de apertura, se sumó a las calificaciones legales del MPF; pero añadió que también existió otra agravante y es que el homicidio fue cometido por odio de género.
El debate seguirá mañana desde las 8.