El juez de control sustituto, Luis Bariffo, dictó la primera sentencia penal en la historia de 25 de Mayo. Fue condenatoria en un caso de violencia de género. El imputado, un hombre de 32 años, recibió una pena de un año y cinco meses de cumplimiento efectivo por ser autor de los delitos de robo simple, amenazas simples y lesiones leves agravadas por el vínculo.
Hasta ahora, en esa localidad, las denuncias por presuntos delitos podían investigarse –porque existe una fiscalía y una defensoría oficial–, pero al final del proceso, las sentencias eran dictadas por un juez de General Acha o, eventualmente, de Santa Rosa.
Ahora, con la asunción de Bariffo en 25 de Mayo hace menos de un mes, las sentencias hasta tres años de prisión pueden ser suscriptas por él. Pero no solo por ese motivo se reducirán los tiempos procesales en las causas radicadas allí, y se facilitará el acceso a justicia a los pampeanos que habitan esa zona de la provincia, sino además por otras facultades que el Código Procesal Penal les otorga a los jueces de control.
Así, el magistrado está habilitado para resolver todas las incidencias que se planteen durante la investigación fiscal preparatoria (es decir, el período que el Ministerio Público Fiscal tiene para reunir pruebas y determinar si una causa va o no a juicio) y en el procedimiento intermedio (cuando la fiscalía o la querella piden ir a juicio y el juez decide si corresponde o no). En esos casos, el C.P.P. establece que la intervención del juez será preponderantemente en audiencias y exhibiendo un rol proactivo.