Diversas agrupaciones feministas se concentraron este martes en la Plaza San Martín para conmemorar el décimo aniversario del movimiento Ni Una Menos, en una jornada cargada de consignas políticas, denuncias contra el Gobierno nacional y reclamos por la continuidad de las políticas públicas con perspectiva de género.
Durante el encuentro, que incluyó lectura de documentos y micrófono abierto para intervenciones espontáneas, las referentes locales coincidieron en denunciar que las medidas del Ejecutivo nacional constituyen un “ataque directo” a los derechos de las mujeres, diversidades y al colectivo LGBT.
“Una jornada de lucha y resistencia”
Jazmín Álvarez, militante feminista de General Pico, expresó que la fecha constituye “una jornada de reflexión y de lucha, sobre todo en este contexto donde un gobierno ataca a todos los sectores, pero especialmente al movimiento de mujeres, a las políticas de género y al colectivo LGBT”.
“Se cumplen diez años de aquella primera movilización que marcó un antes y un después. Desde entonces hemos instalado debates y conquistado derechos, pero hoy retrocedemos: faltan políticas públicas, falta presupuesto y falta decisión política para enfrentar la violencia de género”, lamentó.
Invisibilización y abandono
También tomó la palabra la escritora Virginia Figal, referente del colectivo “La revolución de las viejas”, quien denunció la invisibilización de la violencia que sufren mujeres mayores de 50 años y advirtió que la falta de políticas específicas agrava su vulnerabilidad.
“La violencia hacia adultas mayores es real y está potenciada por la dependencia económica, el aislamiento social y la falta de escucha institucional. Si el Estado no capacita a quienes trabajan con adultas mayores ni diseña políticas específicas, las deja a la deriva”, señaló.
En esa línea, criticó con dureza la decisión del presidente Javier Milei de cerrar el Ministerio de las Mujeres y eliminar los programas de prevención de violencia: “Estos recortes presupuestarios nos están matando. Nos sumamos al reclamo nacional para exigir que se restituyan los recursos y el compromiso estatal con nuestras vidas”.
Diez años después
Las participantes coincidieron en que, si bien la sociedad ha incorporado debates en torno a la igualdad de género, la falta de respaldo institucional y el desfinanciamiento de programas clave ponen en riesgo los avances logrados.
“Hoy más que nunca, a diez años de aquella primera marcha, reafirmamos que el feminismo es calle, es organización y es resistencia. No vamos a retroceder ni a silenciarnos”, expresaron desde las organizaciones convocantes.