La Pampa se consolida como una de las provincias con mejores indicadores de bienestar del país, según los últimos resultados del Índice de Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI) y el Índice de Desarrollo Humano (IDH). De acuerdo con estos datos, ocupa el primer lugar entre las 24 jurisdicciones argentinas en el NBI y el segundo puesto en el IDH, lo que refleja su destacada calidad de vida.
El análisis fue realizado por el exdirector general de Estadísticas y Censos, Roberto Rodríguez, quien evaluó la evolución de las condiciones sociales en los últimos 42 años de democracia. El NBI —creado por la Cepal y aplicado en el país desde 1980— mide privaciones estructurales como vivienda inadecuada, hacinamiento, falta de servicios sanitarios o de escolarización, y alta dependencia económica de los hogares.
Según el estudio, La Pampa redujo esas privaciones en un 65,1% entre 1980 y 2022, ubicándose al tope del ranking nacional. Rodríguez destacó que se trata del único indicador que permite un seguimiento histórico sostenido de las condiciones de vida durante más de cuatro décadas.
Por su parte, el Índice de Desarrollo Humano —elaborado por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD)— combina variables de salud, educación e ingresos. La Pampa figura segunda a nivel nacional con un valor de 0,861 en 2021, el más alto de su historia. Desde 1996, el IDH provincial mantuvo una tendencia ascendente, pasando del cuarto lugar en sus primeros registros al segundo en la actualidad.
Ambos indicadores, explicó Rodríguez, muestran coherencia y ubican a La Pampa entre las provincias con mayor bienestar socioeconómico. “Para alcanzar estos niveles fue necesario transitar un camino de justicia social, equidad y redistribución del ingreso”, señaló.
El especialista advirtió que los logros se alcanzaron incluso en contextos nacionales adversos. “A La Pampa le va mejor cuando hay gobiernos que priorizan políticas de Estado presentes. Durante la gestión de Macri hubo retrocesos por la eliminación de programas sociales, educativos y habitacionales. Y con Milei la situación se agrava: en sus primeros 18 meses se redujeron 18 mil empleadores y se perdieron más de 250 mil puestos de trabajo”, indicó.
Finalmente, Rodríguez planteó que aún resta conocer el impacto final de las actuales políticas nacionales. “Habrá que ver cómo quedan los números cuando se haga un relevamiento de daños. Hoy el país vive una destrucción social que profundiza la desigualdad y la desocupación”, concluyó.

