La Provincia aprobó el “Plan de Respuesta Provincial al Cambio Climático”

El Gobierno de La Pampa aprobó el “Plan de Respuesta Provincial al Cambio Climático” donde se presenta un análisis de la situación local y se proponen una serie de medidas para hacer frente a esta problemática. Aumento de la temperatura, precipitaciones mayores, olas de calor más pronunciadas y aumento en los días secos consecutivos son […]

El Gobierno de La Pampa aprobó el “Plan de Respuesta Provincial al Cambio Climático” donde se presenta un análisis de la situación local y se proponen una serie de medidas para hacer frente a esta problemática. Aumento de la temperatura, precipitaciones mayores, olas de calor más pronunciadas y aumento en los días secos consecutivos son algunas de las amenazas que se proyectan a futuro, donde la superficie afectada se verá incrementada. “Se identificó un conjunto integral de 37 riesgos específicos en relación con el cambio climático en el territorio provincial”, señala el documento.

El Plan se elaboró en el marco de la Ley Nacional N° 27.520 de Presupuestos Mínimos para la Adaptación y Mitigación al Cambio Climático Global. El documento al que accedió LA ARENA contempla un detallado diagnóstico de la situación actual y de lo que se espera para las próximas décadas. “Lo que observamos en la actualidad es un cambio climático que ha sido exacerbado por las actividades humanas. La quema de combustibles fósiles, la deforestación y otras acciones humanas han liberado cantidades significativas de gases de efecto invernadero (GEI) en la atmósfera. Estas emisiones han intensificado el efecto invernadero, atrapando más calor y contribuyendo al calentamiento global”, indica.

A su vez, indica que en las últimas décadas los eventos extremos, como sequías, olas de calor, inundaciones, “han aumentado e intensificado, a causa de los efectos del cambio climático. La mejor forma de disminuir la ocurrencia e intensidad es limitando la emisión de GEI a través de procesos de mitigación que nos permitan seguir creciendo económicamente, pero con bajas emisiones de estos gases”.

Impacto en La Pampa

El Plan precisa que “en los últimos 40 años, los registros observados en La Pampa muestran que la temperatura ha aumentado en algunas zonas de la provincia más de 1 °C y que la precipitación, aunque más variable en el tiempo y heterogénea en el territorio, es más intensa cuando ocurre. Entre las amenazas más graves que han impactado a la Provincia se encuentran las sequías, le siguen las inundaciones, incendios y temporales”.

“Las inundaciones han afectado mayormente al noreste provincial, zona donde predomina la mayor producción agrícola y la mayor concentración de centros urbanos. Las mismas han perjudicado a 37 centros urbanos (118.000 habitantes aproximadamente)”, añade.

En el caso de las sequías, precisa que las mismas afectaron “mayormente a la porción central, oeste y sudeste, donde predominan las producciones ganaderas. Esta amenaza repercute con mayor intensidad sobre 26 centros urbanos (147.000 habitantes aprox.)”. La otra gran “amenaza” son los incendios, que afectan “mayormente a la diagonal central, coincidente con el área del Caldenal. incluyendo a 21 localidades (37.738 habitantes aprox.)”.

Proyecciones

Las proyecciones climáticas para La Pampa para un futuro cercano (hasta 2039) y para uno lejano (más allá del 2050) revelan “cambios significativos en diversas variables clave”. En escenarios de emisiones GEI moderadas, se anticipa “un aumento de las temperaturas mínimas entre 0.56°C y 0.73°C hasta 2039, intensificándose a 1.47°C a 1.84°C para un futuro lejano. Las temperaturas medias experimentarán incrementos de 0.37°C a 0.81°C en el futuro cercano y de 1.42°C a 2°C en el futuro lejano, con variaciones geográficas marcadas”.

“La precipitación anual se proyecta aumentar en el noreste provincial. Las noches tropicales y días con olas de calor también mostrarán incrementos notables, siendo más pronunciado hacia el noreste el primer índice y hacia el noroeste, el segundo. La variabilidad en los días secos consecutivos refleja patrones diversos, con aumentos en el oeste más marcados”, detalla.

El documento advierte que “tanto los valores y como la cantidad de superficie afectada por estas amenazas, se ven incrementados en un escenario de emisiones donde la trayectoria actual se mantiene”. En ese sentido, revela que “con base en los impactos observados, las amenazas proyectadas y las vulnerabilidades asociadas a las características productivas, económicas y sociales de la provincia, se identificó un conjunto integral de 37 riesgos específicos en relación con el cambio climático en el territorio provincial”.

Alta vulnerabilidad

La vulnerabilidad de La Pampa está determinada, entre otras razones, “por la alta dependencia de la economía provincial a la producción agrícola y sus encadenamientos, un sector importante como fuente de ingresos, empleo y alimentos. La obtención de materias primas, animales y vegetales representa el 29% de la producción, valor que más que duplica al observado en el territorio nacional”.

“Existe una alta sensibilidad de este sector al depender de la lluvia, de la variabilidad y posibilidad de que ocurran eventos extremos como sequías, inundaciones y heladas, los cuales amenazan los medios de vida de miles de familias y la base de la economía de la provincia. Los riesgos agroclimáticos proyectados para los cultivos revelan posibilidad de excesos hídricos en el noreste provincial, proyección que se repite para los pastos, a la que también se agregan déficits hídricos en el centro-sudeste para este tipo de producción”, amplía.

Los sectores de industria, artesanías y construcción representan el 10 %, mientras que el sector terciario, que provee servicios como la educación, el transporte y el comercio, “representa el 61% de su producción, motivo por el cual también representan riesgos de afectación ante las amenazas proyectadas para la provincia”.

Riesgos sociales

Las amenazas climáticas proyectadas presentan “riesgos sociales significativos para la sociedad” pampeana. “El incremento de la temperatura máxima se proyecta como un riesgo creciente en el futuro, afectando principalmente al extremo noroeste, noreste y centro provincial. Asociado a esto, el incremento en el número de días de duración de olas de calor presenta también un riesgo creciente, especialmente en el noroeste y norte provincial, y de manera más marcada a partir de la década del 2050, donde, en un escenario optimista, se proyectan valores de 14 olas de calor por temporada”.

“Estas olas de calor prolongadas pueden tener consecuencias graves para la salud, aumentando la mortalidad en grupos vulnerables y ejerciendo presión sobre los sistemas de atención médica. Además, podrían afectar el rendimiento escolar y laboral, generando desafíos significativos para la sociedad pampeana, especialmente para personas sin hogar o en situaciones de hacinamiento”, sostuvo.

Por otro lado, remarca que “los cambios en las precipitaciones anuales, con un énfasis en el aumento del riesgo en el extremo noreste, plantean amenazas de inundaciones. Estas podrían causar la destrucción de viviendas, pérdida de pertenencias y aumento del desempleo, especialmente en áreas carentes de infraestructura adecuada. Además, podrían contaminar las fuentes de agua potable, afectando a aquellos que ya tienen dificultades para acceder a servicios de agua pública”.

El aumento en el número de noches tropicales, el cual afecta principalmente al extremo noreste y centro de la Provincia, contempla riesgos asociados a olas de calor y humedad. “Estas condiciones podrían ser incómodas y peligrosas para la salud humana, especialmente en áreas con noches tropicales prolongadas, afectando la calidad de vida y la salud de la población”, afirma.

“La actual situación que vive el oeste provincial debido a los cortes de los ríos Atuel y Salado-Desaguadero-Chadileuvú-Curacó, causados por la construcción de represas en la parte alta de la cuenca, han alterado drásticamente el flujo de agua, afectando a las poblaciones de flora y fauna que dependen de estos ríos. Esta situación no solo representa una amenaza seria para la biodiversidad y la sostenibilidad de los ecosistemas en esta área, sino que también posee consecuencias directas sobre los medios de vida locales, comprometiendo la sostenibilidad de las comunidades, exacerbadas en un contexto de cambio climático que potencie la ocurrencia de tendencias de sequía”, continúa.

El Plan remarca que “los sectores que se ven más afectados en la actualidad son la agricultura, infraestructura, la sociedad y la diversidad biológica. Tomando como base los efectos del cambio climático ya percibidos, y los escenarios a futuro, se manifiesta la alta vulnerabilidad actual de La Pampa ante estos efectos y su tendencia a exacerbarse si no se avanza en la adaptación”.

Metas

La Pampa estableció metas de adaptación y para el 2030 apunta a “transversalizar la temática de cambio climático en los proyectos y políticas de los distintos sectores gubernamentales y aumentado la capacidad de respuesta de los gobiernos locales y sectores sociales y económicos”. A su vez, para ese mismo año, en el eje de mitigación, busca acompañar “los objetivos de reducción del 25.7 % presentados por Argentina en su contribución nacionalmente determinada. Esta consiste en no exceder las emisiones GEI más de 21 MtCO2eq (NdR: millones de toneladas de carbono equivalente). Además, se propone una meta adicional, que limita el incremento de emisiones en relación con el año base (2018), establecidas en 16 MtCO2eq, aplicables a todas las fuentes de emisión de GEI en el territorio de La Pampa”.

Entre la adaptación y la mitigación

El Plan se elaboró como una guía de la política provincial frente al cambio climático. En ese marco, se explica que hay dos formas de abordar esta problemática: la adaptación y la mitigación. La primera busca “reducir la vulnerabilidad de las personas y sus medios de vida, la infraestructura, los ecosistemas y otros” para “minimizar los efectos y los impactos del cambio y la variabilidad climática”.

En cambio, la mitigación busca “reducir la cantidad de emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI), que son la causa principal del cambio climático y/o incrementar las capturas. Estas dos formas de abordar el cambio climático son complementarias entre sí y no deben considerarse como excluyentes”.

En La Pampa, las emisiones son contabilizadas en sectores y categorías específicas. Se trata de cuatro sectores: 1) Energía; 2) Procesos Industriales y Uso de Productos (PIUP); 3) Agricultura, Ganadería, Silvicultura y otros Usos de la Tierra (Agsout) y 4) Residuos.

“Las emisiones históricas para la provincia durante el periodo 2010-2018 revelan una tendencia significativa especialmente de mayor magnitud, pero también variación, en el sector Agsout”, señala el escrito. “Para el 2018, las emisiones provinciales reportan, según la desagregación nacional, 15,8 MtCO2 eq. El sector Agsout aparece como responsable del 88%, seguido por el sector energía con un 11%, residuos con menos del 1%, y las industrias contribuyendo con el 0,02% restante”, continúa.

“Desagregadas por categoría para el mismo año muestran que tanto la ganadería como la agricultura (fuentes agregadas y fuentes de emisión no CO2 en la tierra), tienen responsabilidad compartida en el Sector Agsout, con una participación del 20 y 26%, respectivamente. En el mismo sector, la categoría 3B reporta las mayores emisiones (42%). Este incremento se registra específicamente en la subcategoría 3B23, que representa los cambios en el uso de la tierra (de bosques a pastizales o pasturas), donde se asigna un cambio de uso de la tierra superior a las 30.000 ha desmontadas que en realidad corresponden a superficie incendiada. Para el sector energético, la categoría que domina es la actividad de quema de combustible con un 10% de las emisiones provinciales”, amplía.

“Puntos calientes”

Geográficamente, los “puntos calientes” de emisiones se detectan en cuatro puntos destacados: “las ciudades de mayor densidad poblacional (Santa Rosa, General Pico y Toay) y el sector productivo de hidrocarburos al suroeste de la provincia, explicadas principalmente por aquellas emisiones provenientes del sector energético”. En segundo lugar de relevancia se ubican “las emisiones provenientes de cada una de las localidades y por último, aparecen las emisiones provenientes de las diferentes regiones productivas. Si bien los valores absolutos de las emisiones del sector Agsout son elevados a nivel provincial, por unidad de superficie son significativamente más bajos que los del sector energía que concentra puntos calientes de emisión”.

Propuestas

El Plan contiene 30 medidas estratégicas integrales y multisectoriales, que contemplan las propuestas surgidas de los procesos participativos desarrollados durante su elaboración. “En la lucha contra el cambio climático, La Pampa ha adoptado un enfoque proactivo y estratégico”, destaca y resalta que las medidas “fueron diseñadas para enfrentar las crecientes amenazas climáticas, reduciendo el riesgo social, económico y ambiental asociado con el cambio climático, así como reducir la presencia de GEI en la atmósfera”.

“Las medidas de adaptación están centradas en disminuir la exposición de la población, reducir la sensibilidad de los sistemas naturales y humanos, y aumentar la capacidad de adaptación de las comunidades, los ecosistemas y las infraestructuras de La Pampa frente al cambio climático. Por otro lado, las medidas de mitigación están orientadas a reducir las amenazas que se intensifican debido al aumento de la concentración de GEI”.

Finalmente, remarca que “La Pampa enfrenta amenazas y vulnerabilidades relacionadas con el cambio climático, que requieren una respuesta coordinada y efectiva”. Esta iniciativa “busca no solo mitigar los impactos negativos del cambio climático sino también posicionar a la provincia como líder en la adopción de prácticas sostenibles”.

Una “modesta contribución”

El documento revela que, según los valores más actualizados correspondientes a la desagregación subnacional del Inventario Nacional de Gases de Efecto Invernadero (Ingei) para el año 2018, La Pampa “contribuye más que modestamente a las emisiones globales de GEI con 15,8 millones de toneladas de CO2 equivalente (MtCO2eq), representando el 0,02% de las mismas y alrededor del 4% del total nacional”.

Considerando el principio de “responsabilidades comunes pero diferenciadas”, sostiene que “reconocer la responsabilidad diferenciada implica comprender que, aunque la provincia no sea uno de los principales emisores a nivel global, debe asumir compromisos propios para abordar los desafíos climáticos. Las decisiones estratégicas y políticas en La Pampa adquieren, de este modo, una relevancia significativa para mitigar los efectos del cambio climático, asegurando un desarrollo sostenible y equitativo en consonancia con la contribución diferenciada pero necesaria en el contexto global, dada la crisis climática actual donde cada tonelada de CO2 evitada, cuenta”.

Fuente: La Arena