Primera carta desde La Pampa al presidente electo recordándole que “El Río Atuel también es Pampeano”

La nota lleva la firma del profesor Silvio Arias y está dirigida al presidente electo, Javier Milei. Hace un repaso de la lucha que viene dando la provincia de La Pampa desde hace décadas y le solicita que arbitre los medios para que no siga sucediendo. EL RIO ATUEL TAMBIÉN ES PAMPEANO Sr Presidente Electo […]

La nota lleva la firma del profesor Silvio Arias y está dirigida al presidente electo, Javier Milei. Hace un repaso de la lucha que viene dando la provincia de La Pampa desde hace décadas y le solicita que arbitre los medios para que no siga sucediendo.

EL RIO ATUEL TAMBIÉN ES PAMPEANO

Sr Presidente Electo de la Nación
Lic. Javier MILEI 
SU OFICINA:
                                     Desde hace setenta y seis años, pampeanos y pampeanas sufrimos los efectos de una catástrofe ambiental sin precedentes en nuestro país. El corte del cauce del río Atuel por parte de Mendoza sobre nuestro territorio, ha condenado a muerte toda posibilidad de vida en el oeste provincial. Consecuencia de ello -por dar un ejemplo- una amplia zona de bañados fue transformada en un auténtico desierto, por obra del egoísmo humano y la desidia política. 
                                    Resulta inaceptable que un bien considerado fundamental para el desarrollo sustentable de las comunidades, sea apropiado –robado como aseguramos en La Pampa- unilateralmente por una provincia en detrimento de otra, sin mediar consecuencias; desoyendo década tras década los pronunciamientos jurídicos y pactos políticos al respecto. Mendoza no escucha. 
                                   Es evidente que el país ha carecido y carece aún de organismos institucionales –jurídicos y políticos- con la suficiente fuerza como para impedir esta injusticia. Tamaña situación, convierte a los ciudadanos involucrados en seres de primera y de segunda categoría. Los ciudadanos de primera acceden al agua por proximidad al origen del recurso, los de segunda sufrimos las consecuencias de la apropiación indebida de ese cauce por parte de los primeros. Esa desigualdad de acceso al agua, es subsanable con voluntad humana y política. 
                                  Entre los falaces argumentos mendocinos esgrimidos para negarnos el agua, mencionan la baja del caudal en determinados momentos del año y la falta de obras de riego en nuestra provincia para recibir ese caudal y hacerlo productivo. Ambas son erróneas. 
                                 Mendoza no puede seguir regando por derrame o inundación sus campos, cuando podría optimizar su uso por goteo y de esa manera el agua alcanzaría para todos. Respecto a las obras reclamadas en nuestro oeste, éstas no se han ejecutado porque jamás tuvimos la certeza de que el cauce solicitado a Mendoza desde La Pampa, sea continuo. Mendoza inunda o desertifica el oeste pampeano cuando se le antoja, según su conveniencia. 
                             En un mundo con serios problemas ambientales, afectando  gravemente todos los aspectos de la vida –flora, fauna, recursos naturales-, las políticas públicas de los estados deberían pasar de la proclama a la acción, garantizando –en éste caso- el acceso igualitario a un bien tan preciado como el agua dulce, catalogado internacionalmente como un derecho humano inalienable. 
                            Sr Presidente Electo, las y los pampeanos, somos menos de medio millón de habitantes, pero tenemos absolutamente claro que no descansaremos hasta ver el cauce del rio Atuel surcando nuestro territorio, sin mezquindades mediante. 
                            El agua es de todos y de todos la lucha por su acceso y cuidado. De la misma manera que los argentinos no renunciamos a Malvinas, los pampeanos no renunciamos al cauce del río Atuel sobre La Pampa. La solución es humana y política. 
                           Apelamos y confiamos en vuestro buen arbitrio durante su próxima gestión estatal, para revertir esta lamentable injusticia padecida. Por un país auténticamente federal y más justo, ayúdenos a no ser ciudadanos de segunda, Atte.-

Prof. Silvio Javier Arias
Pampeano.-