El Tribunal de Impugnación Penal de La Pampa confirmó este lunes las condenas a prisión perpetua para Claudio Crispín Obejero y su hijo Enrique Ariel Obejero, por su responsabilidad como coautores en el asesinato de Fabio Bazán, ocurrido en marzo de 2023. La decisión reafirma la sentencia dictada el 13 de diciembre pasado por la Audiencia de Juicio de Santa Rosa.
Los jueces Mauricio Piombi y Filinto Rebechi, integrantes de la Sala B, rechazaron los recursos de impugnación presentados por los defensores oficiales María Silvina Blanco Gómez y Alejandro Moyano González, quienes representaban a los acusados. En su fallo, los magistrados avalaron la calificación legal del hecho como “homicidio calificado por alevosía”.
Según lo probado durante el juicio, Bazán, de 24 años, fue atacado con extrema violencia por los Obejero. Uno de ellos le aplicó al menos dos golpes contundentes en la cabeza con un objeto pesado, causándole un traumatismo craneano fatal. En paralelo, y en el mismo escenario, la víctima recibió una puñalada en el tórax a la altura de la cuarta costilla, cerca del esternón. Ambos agresores mantuvieron el control total de la situación durante el ataque.
Tras el crimen, Claudio y Enrique Obejero ocultaron el cuerpo en un tanque de agua de hormigón en un predio del relleno sanitario, ubicado en la intersección de Asunción del Paraguay y Pilcomayo, al norte de Santa Rosa. Más tarde, lo prendieron fuego. El cadáver fue encontrado diez días después, parcialmente calcinado y con múltiples lesiones.
La defensa de Enrique Obejero intentó desligarlo del crimen, señalando que habría sido su padre quien actuó por su cuenta, alegando además que podría tratarse de un caso de legítima defensa o exceso en su ejercicio. Sin embargo, el tribunal rechazó de plano esa hipótesis. En sus fundamentos, los jueces destacaron testimonios de familiares de los acusados que confirmaron confesiones directas de ambos implicados. Enrique habría dicho que le “rompió la cabeza con un pisón” porque Bazán había amenazado con matar a su padre.
Los magistrados analizaron la posibilidad de legítima defensa y concluyeron que no se daban los requisitos legales para considerarla. Ni la supuesta amenaza de Bazán fue inminente ni los medios empleados por los Obejero podían considerarse racionales para repelerla. “Enrique salió a buscarlo y lo golpeó con un objeto contundente, mientras Claudio lo apuñalaba”, afirmaron.
Respecto a la alevosía, el tribunal recordó que este agravante se configura cuando el agresor actúa aprovechando una situación de indefensión de la víctima. En este caso, consideraron que Bazán no tuvo ninguna posibilidad de defenderse. “No sólo fue asesinado de forma brutal, sino que además su cuerpo fue arrojado en un basural e incinerado”, subrayaron.
Por estas razones, el Tribunal de Impugnación dejó firme la sentencia a prisión perpetua para Claudio y Enrique Obejero, cerrando así una de las causas más conmocionantes de los últimos tiempos en la provincia.