En su caso particular transitó una COVID grave. “Me tocó estar en terapia intensiva del Establecimiento Asistencial Gobernador Centeno de General Pico, con asistencia respiratoria mecánica por 8 días, en total 22 días en terapia y 6 días en una sala común. La enfermedad en sí genera esta incertidumbre, pero tuve la suerte de recuperarme”.
Ante la Agencia Provincial de Noticias (APN), destacó la excelente atención del hospital, y expresó su total agradecimiento, “en primer lugar a mis afectos, ya que uno en terapia no es consciente de lo cronológico”.
También “al Gobierno provincial, por todos los mensajes y llamadas, desde el señor gobernador como el ministro y el subsecretario de Salud que estuvieron siempre pendientes de todo lo que pudiéramos necesitar. A las autoridades del Gobernador Centeno, por la atención recibida y particularmente a la jefa de Terapia Intensiva, la doctora Silvina Román y para todo el personal profesional técnico, administrativo y de limpieza, que trabajan a destajo y uno puede comprobar cómo se trabaja en el intensivismo”.
Transmitió un mensaje respecto a la incertidumbre que genera cómo va a suceder la enfermedad en cada persona. “Llegué a mi casa el 26 de diciembre con una rehabilitación en lo cotidiano, cuestiones básicas como caminar, hablar”. Continuó, “a lo mejor en cinco años la ciencia va a explicar el por qué me tocó a mí. Nadie puede asegurar que no le va a tocar. O que una persona tenga factores de riesgo la va a pasar mal y uno que no los tiene, la va a pasar bien. Es tanta la incertidumbre y el mundo científico está a la espera de resultados para manejarse con una mayor predicción”.
En la comunidad de Realicó se hacen los esfuerzos preventivos, “aunque vemos que a veces se desgastan. Y se toma conciencia cuando pasan determinadas situaciones como un fallecimiento de un allegado. Sin estigmatizar a los jóvenes, se sabe que entre los 14 a los 32 años es el grupo que más movilidad tiene. Entonces a mayor movilidad, mayor riesgo de exponerse al virus”.
Realicó tiene 14 casos activos, aunque en algún momento llegaron a más de 80. “No hay que bajar la guardia”.
Deambrossio manifestó que “tenemos esperanza con la vacuna, algo que se ve como un alivio. No podemos hacer la misma vida hasta que masivamente estemos vacunados. Me parece que renegar sobre que no nos podemos juntar, no debería ser un tema para gastar energía. Hay que esperar un poco y moverse lo menos posible”, concluyó.