Días atrás se dio a conocer que mediante Decreto N°407/22, el Gobierno de La Pampa repara los legajos personales de agentes prescindidos de la Administración Pública provincial durante la última dictadura.
El vecino de General Pico Omar Coux, hasta la llegada e incluso durante los primeros años de la última dictadura, trabajaba en la Escuela Granja (desde 1963), hasta que en 1977 lo obligaron a dejar su lugar de trabajo, incluso con la amenaza de perder su otra fuente laboral en el Banco de Desarrollo.
“Sentíamos el lugar con toda el alma”, contó Omar en diálogo con la Agencia Provincial de Noticias, “los pasajes fueron hermosos, con cosas buenas y otras no tanto, pero fue muy duro dejar la Escuela. Por suerte 10 años después me reincorporan, ya con el Taller Politécnico”.
Entre notas guardadas donde se reconoce su labor, recortes periodísticos de la época, fotos y miles de recuerdos, Omar rememoró muchas de las vivencias de la época y con alegría dice que al día de hoy muchas veces lo paran en la calle, ya con 40 o 50 años, y son sus alumnos de esa época que lo saludan.
Explicando que la edad lo ayudó a superar muchos momentos, Omar recordó que una mañana de 1977, en su Fiat 1500 y junto a Leonilda Arguello y Carlos Cuello, viajaron a Santa Rosa porque los habían llamado del Centro Cívico, “hasta pensamos que era un ascenso”, dijo entre risas, “nos atendió una señora, yo pasé primero, y me comunicó que a partir del lunes no estaba más en mi lugar de trabajo, ¿por qué? Le pregunté, a lo que respondió que ya estaba, que me tenía que retirar; me negué y me dijo que yo también estaba en el Banco de Desarrollo, y que si no firmaba “la voluntad de retirarme” también me retiraban del Banco”.
Luego de 14 años en su función, en julio de 1977, el entonces gobernador de la Provincia, General de Brigada de Estado, Carlos Enrique Aguirre Arrieta, lo notificó para presentarse en la Dirección de la Familia y el Menor, “pero nunca se me dijo para qué”, agregó Omar, explicando que la notificación alcanzó a otros compañeros. La recisión de sus servicios fue por una “restructuración” de la escuela, incluso se le explicaba la conveniencia de presentar su renuncia sin cargo y por razones particulares, con la amenaza de que en caso contrario se le aplicaría la Ley de Prescindibilidad y como consecuencia se coartaba la posibilidad de obtener posteriormente cargos similares tanto a nivel provincial como nacional.
Ya en plena democracia, en el año 1987, mediante decreto provincial se lo reincorpora a la Administración Pública provincial en los alcances de la Ley 717.
“A mí me encanta la docencia, cuando se cierra la Escuela Granja y luego aparece el Taller, en los Cuarteles, tenía una moto Gilera y me iba a dar clases, por gusto mío. La entrega del legajo me deja un grado de satisfacción muy grande”, expresó Omar, quien recordó a su esposa (también docente, profesora de Inglés) y todo el apoyo brindado en esos momentos tan difíciles.