Un joven de 24 años fue condenado este martes a una pena unificada de tres años de prisión de cumplimiento efectivo, al ser declarado autor de los delitos de robo agravado por haber sido cometido con un arma de utilería en dos ocasiones –una en grado de tentativa– y tenencia ilegal de arma de fuego de uso civil sin la debida autorización legal; en concurso real entre sí.
La sentencia fue dictada por la jueza de control santarroseña, María Paola Frigerio, en perjuicio de Arami Emiliano Carra luego que se acordara el procedimiento de juicio abreviado entre la fiscala Leticia Pordomingo, la defensora oficial Paula Arrigone –subrogando a su par Juan Hermúa– y el propio acusado. Los damnificados también brindaron su consentimiento.
Los dos hechos imputados a Carra ocurrieron el pasado 13 de mayo a la madrugada. A la una ingresó, junto a una persona que aún no pudo ser identificada, a una vivienda de la calle Rubio, en Santa Rosa. Allí había un hombre durmiendo. El condenado le exhibió “un arma negra, tipo pistola; en tanto la otra persona comenzó a indicarle que lo matara y a exigir dinero”, detalló la jueza en el fallo.
En esas circunstancias se produjo un forcejeo entre los agresores y la víctima y esta última sufrió heridas de arma blanca en sus brazos y golpes en la cabeza. Los ladrones huyeron con 8.000 pesos, una tarjeta de débito, tres celulares, un cuchillo y un reloj.
Dos horas más tarde, Carra entró a un domicilio de la calle Pestalozzi e intentó sustraer una bicicleta rodado 29, aunque no lo logró porque fue sorprendido por uno de los moradores. Allí el imputado “sacó un arma tipo de fuego de la cintura” y amedrentó a aquel. La víctima ingresó a la casa de su hermano –donde estaba con otros familiares– y varios salieron a perseguir al ladrón. Carra “de a ratos frenaba, les apuntaba con el arma y les gatillaba”, hasta que en Pasteur y José Luro lo alcanzaron y posteriormente la policía lo aprehendió.
Cuando el acusado fue detenido se le secuestró uno de los celulares robados en el primer hecho y “un arma de puño de gas comprimido”. Un informe balístico concluyó que se trató de “una pistola de gas carbónico de aire comprimido, calibre 4,5 milímetros marca Stinger, que no se encuentra apta para efectuar disparos”.
Con respecto al segundo hecho se le secuestró “un arma de fuego tipo revólver calibre 22, marca Posper, sin contar con la debida autorización para su tenencia”.
Frigerio, a pedido de las partes –en los abreviados los jueces y juezas no pueden imponer sanciones más severas que las requeridas por el Ministerio Público Fiscal–, le impuso los tres años de prisión efectivo y le unificó esa pena con una anterior en una pena única de tres años. Carra ya había sido condenado en mayo a un año y nuevo meses de prisión en suspenso y por eso la magistrada le revocó esa condicionalidad. Además, una vez que el fallo quede firme, se procederá al decomiso y destrucción de la pistola de utilería y el revólver calibre 22.