El intendente Luciano di Nápoli encabezó el encendido del pino navideño junto a cientos de vecinos y vecinas que colmaron el Parque Lineal para participar de las actividades organizadas por la municipalidad.
Desde las 19, niñas y niños escribieron cartas para Papá Noel, que fueron recolectadas en un cesto gigante mientras las familias recorrían un parque repleto, con una concurrencia similar a la de su inauguración el año pasado. El sector gastronómico también se amplió y ahora ocupa las vías desde la avenida Spinetto hasta Tomás Mason, donde se montó un escenario con propuestas artísticas.
La ornamentación incluyó arcos iluminados en el área de juegos, una gran esfera sobre la avenida Spinetto y un muñeco gigante de Papá Noel que se transformó en punto obligado para fotos. Las tres estrellas luminosas y el pino quedaron ubicados en la zona gastronómica, donde se realizó el acto central.
A las 21, seis músicos recorrieron el Parque Lineal hasta encontrarse con el coro del Centro Municipal de Cultura. Tras un conteo conjunto, se encendieron las luces y los artistas interpretaron “Noche de Paz”, acompañados por los celulares en alto y los aplausos del público, mientras los fuegos artificiales iluminaban el cielo. Di Nápoli participó del evento junto a Carmina Besga y su hija Antonia.
En simultáneo, la municipalidad instaló el pesebre tradicional en la plaza San Martín, frente a la Catedral.
El origen del arbolito
La costumbre de armar el árbol de Navidad se relaciona con la celebración del Día de la Inmaculada Concepción. Con el tiempo, la tradición cristiana adoptó el símbolo: la forma triangular del árbol se vinculó a la Santísima Trinidad y su armado el 8 de diciembre quedó asociado al calendario religioso que marca la concepción de la Virgen María, nueve meses antes de su nacimiento.

