La Biblioteca Popular Teresa Pérez celebró sus 17 años con una gran fiesta comunitaria en el barrio Escondido. La jornada reunió a decenas de familias con música, humor, shows en vivo y un espacio especialmente pensado para las infancias, protagonistas centrales del encuentro.
Desde las 19 comenzaron a llegar vecinos y vecinas para disfrutar de una grilla variada: la Escuela de Tambores, el Taller de Expresión Vocal y Canto de Utelpa, la murga “La Juana”, Pasto Verde (folklore inclusivo), Corazón del Cielo, Sony Ochoa, Pity Moss-man y Caly Suárez (malambo), La Reservada, Habemus Cumbia y Poca Soda. La conducción estuvo a cargo de “Orange”, quien aportó el toque humorístico durante toda la noche.
La celebración también contó con cantina a precios populares, que ofreció los típicos chori-mariposa, tortas y el ya conocido “Alto Guiso”, preparado con verduras cosechadas en la huerta de la biblioteca.
Vanesa González, integrante de la institución, destacó que esta edición estuvo especialmente dedicada a las infancias del barrio. Explicó que los niños y niñas participaron activamente en las muestras, pinturas y palabras de bienvenida, y remarcó que son el corazón del espacio: “Sin las infancias, esta biblioteca nunca hubiese existido”.
Actualmente, todas las tardes más de 30 chicos y chicas se acercan a Gandhi 550 para compartir la merienda y participar en talleres de fútbol, circo, teatro y otras propuestas coordinadas por las bibliotecarias Rocío y Vero. A esto se suman adolescentes y personas adultas que participan en la huerta y otras actividades comunitarias.
González señaló que el crecimiento de la biblioteca se da en un contexto social complejo: “Esperamos que 2026 sea un año más fácil para las familias del barrio. Las infancias están bastante abandonadas. Las escuelas quedan lejos y cuesta acceder a actividades, por eso la biblioteca se transforma en un lugar de encuentro”.
Recordó que el espacio nació en medio de una crisis y que sigue en pie gracias al aporte solidario de vecinos, amigos y músicos que colaboran con donaciones o presentaciones a beneficio. “Gracias a eso podemos ofrecer desayunos y meriendas todos los días cuando los chicos vienen a estudiar, participar de talleres o simplemente a jugar”, expresó.
Sobre el vínculo con el Estado, reconoció que es “difícil”, aunque aseguró que desde la biblioteca continúan sosteniendo y ampliando su trabajo comunitario.

