La Justicia pampeana investiga a una pareja extranjera acusada de estafar a vecinos mediante escaneos de iris a cambio de dinero que nunca entregaron. El hombre, de nacionalidad colombiana, y la mujer, de Paraguay, fueron detenidos este miércoles por agentes de la Policía Federal en las calles Paul Harris y Corralero de Santa Rosa.
Según confirmaron fuentes judiciales, la pareja recorría domicilios particulares ofreciendo participar del escaneo ocular a cambio de un supuesto pago en criptomonedas. Varias personas se habrían sometido al escaneo pero no recibieron el dinero prometido, lo que derivó en denuncias por presunta estafa.
La investigación está a cargo de la Fiscalía de Delitos Económicos, que analiza si se configura una maniobra fraudulenta o si existe una infracción a la ley de protección de datos personales. “Los denunciantes accedieron voluntariamente, pero no recibieron lo prometido. Se evalúa si se encuadra dentro de una estafa o si se vulneraron derechos vinculados a la privacidad”, indicaron los voceros judiciales.
Durante la detención, se secuestró una esfera metálica marca WorldCoin, modelo 84-00011, registrada como propiedad de la firma Tools for Humanity GMBH. También se incautaron un lente blanco con su estuche y dos baterías.
El escaneo de iris y la polémica
La práctica del escaneo de iris se ha vuelto cada vez más común a partir de la expansión de WorldCoin, un proyecto internacional que utiliza esta tecnología para identificar personas con precisión casi total. A cambio, ofrece pagos en criptomonedas, lo que ha despertado interés pero también múltiples críticas y sospechas.
En Argentina, la Agencia de Acceso a la Información Pública (AAIP) inició una investigación sobre WorldCoin para determinar si la actividad viola la Ley 25.326 de Protección de Datos Personales. El Consejo Argentino de Oftalmología también se manifestó en contra de este tipo de procedimientos, advirtiendo sobre los riesgos de utilizar datos biométricos sin controles ni regulación adecuada.
El escaneo de iris utiliza luz infrarroja para registrar los patrones únicos del ojo humano, lo que permite una identificación precisa. Sin embargo, expertos advierten sobre las consecuencias si esta información es vulnerada por ciberdelincuentes o utilizada sin consentimiento claro.
“Los datos biométricos son permanentes. Si se filtran o son hackeados, no se pueden cambiar como una contraseña”, explicó Jordi Serra, especialista en ciberseguridad de la Universidad Abierta de Cataluña (UOC).
La investigación sigue su curso y la Justicia pampeana intenta determinar si la pareja actuó de manera individual o si responde a una red más amplia vinculada al uso no autorizado de esta tecnología.