El hecho ocurrió el 28 de diciembre pasado, a la noche, en avenida Circunvalación y Plumerillo, en Santa Rosa. Héctor Mario Valquinta agredió con golpes de puños y patadas a su sobrino Rodrigo Valquinta y, con una pala ancha, le pegó en la cabeza, ocasionándole un traumatismo de cráneo con rotura de órbita y hematoma cerebral. Por su parte, Jésica Melina Rosignolo participó del ataque colaborando con su pareja.
Por ese hecho, Valquinta –47 años, empleado provincial, alias “Sapo”– fue condenado hoy a tres años y nueve meses de prisión de cumplimiento efectivo, por resultar autor de lesiones graves; mientras que Rosignolo (34) recibió una pena de seis meses de prisión en suspenso como partícipe secundario del delito.
La sentencia fue dictada por el juez de audiencia, Andrés Olié, en el marco de un juicio abreviado convenido entre la fiscala María Cecilia Martiní, la defensora particular Vanesa Rannocchia Ongaro, el defensor particular José Ramón Rodriguez y los propios imputados, quien admitieron su culpabilidad.
A su vez, la víctima, que en el proceso intervino como querellante y fue patrocinada por la defensora oficial Carolina Muñoz, al ser informada sobre su alcance también brindó su consentimiento. El fallo será de aplicación inmediata ya que las defensas renunciaron expresamente a recurrirlo.
Entre las pruebas que el juez tuvo en cuenta valen mencionar siete declaraciones testimoniales, actas de allanamientos, un informe del Centro de Control, Operación y Monitoreo de la Policía (Cecom), la historia clínica e informes médicos sobre la salud del damnificado (estuvo 35 días internado), apertura de celulares y un informe del Registro Nacional de Reincidencia (Héctor Valquinta tiene antecedentes penales).
De acuerdo a uno de los informes médicos, la vida de Rodrigo Valquinta corrió peligro y hoy tiene como secuela de los golpes “un debilitamiento permanente” del brazo derecho y “del sentido de la vista”. Durante el allanamiento al domicilio donde convive la pareja se encontró una pala ancha.
Finalmente, Olié le fijó a Rosignolo las siguientes reglas de conducta por dos años: a) fijar residencia y presentarse mensualmente ante el Ente de Políticas Socializadoras, b) prohibición de cualquier tipo de contacto con Rodrigo Valquinta y c) restricción de acercamiento a un área de 200 metros de su vivienda.