Una niña de Rancul deberá vivir con su padre tras fallo judicial

Una niña de 9 años deberá dejar su hogar en Rancul, donde vive desde su nacimiento junto a su madre, para trasladarse a la casa de su padre en Río Cuarto (Córdoba), por orden del Juzgado N° 2 de Familia, Niñas, Niños y Adolescentes de General Pico. El fallo se dictó tras considerar que la […]

Una niña de 9 años deberá dejar su hogar en Rancul, donde vive desde su nacimiento junto a su madre, para trasladarse a la casa de su padre en Río Cuarto (Córdoba), por orden del Juzgado N° 2 de Familia, Niñas, Niños y Adolescentes de General Pico. El fallo se dictó tras considerar que la madre habría obstaculizado el vínculo entre la menor y su progenitor, pese a que el año pasado se había impuesto contra él una restricción perimetral.

Según relató la madre, la niña le tiene “terror” a su padre, con quien intentaron llevar adelante un proceso de revinculación durante un año, primero de manera virtual y luego presencial. El proceso concluyó tras registrarse un episodio de violencia que derivó en la medida restrictiva. Desde entonces, la niña se ha negado a retomar el contacto.

“El régimen de comunicación se interrumpió después de unas vacaciones que terminaron mal por una situación de maltrato”, explicó la mujer, quien lamentó que, ante la negativa de su hija a reanudar el vínculo, la jueza entendiera que ella estaba obstaculizando la relación, y resolviera que la niña debía quedar bajo cuidado del padre a 300 kilómetros de distancia. En ese contexto, la madre solo podrá verla cada 15 días en horarios preestablecidos.

La resolución, firmada por la jueza Alejandra Campos, generó malestar entre familiares y vecinos de Rancul que conocen el caso. “Nunca escucharon a la nena ni le preguntaron con quién quería vivir”, cuestionaron.

Historia.

La madre relató que conoció al padre de su hija mientras estudiaba en la Universidad Nacional de Río Cuarto. Luego de seis años de noviazgo, quedaron embarazados, pero la convivencia terminó cuando ella cursaba el sexto mes de gestación. Tras el nacimiento, la mujer regresó a Rancul, donde vivió primero con su madre y luego adquirió su propia vivienda en 2020.

Fue entonces cuando el padre, quien hasta ese momento no había tenido contacto con la niña, inició los primeros trámites para establecer un régimen de visitas. La madre recordó que cuando la pequeña tenía seis años, debió cumplir una orden judicial para pasar vacaciones con su progenitor, experiencia que calificó como traumática: “Tuvimos que sacarla de abajo de la mesa porque no quería irse”. La estadía terminó antes de lo previsto, tras el pedido de la propia niña de volver con su madre.

Proceso de revinculación.

Posteriormente, se intentó un proceso de revinculación supervisado, que avanzó lentamente hasta lograr algunos encuentros virtuales y una visita presencial. Sin embargo, un nuevo episodio de violencia, en el que la niña se resistió a compartir tiempo con su padre, derivó en la imposición de una restricción de acercamiento.

Pese a estos antecedentes, el fallo judicial ordenó que la niña se traslade a vivir a Río Cuarto, asista a una escuela en la localidad de Holmberg —donde trabaja una tía paterna— y mantenga un régimen de visitas con su madre.

La abogada Cecilia Ruffini prepara un recurso de apelación. “Voy a seguir luchando por mi hija, como siempre lo hice. Ella nunca estuvo en situación de riesgo ni vulnerabilidad. Tiene derecho a ser escuchada y eso no se cumplió en este proceso. Por eso creemos que este fallo debe revertirse”, concluyó la madre.