La protección del caldenal brinda el escenario ideal para la práctica del ecoturismo, una de las modalidades del turismo responsable que requiere la nueva realidad. Las tendencias que venían perfilándose antes de la pandemia vienen a confirmarse, porque el paradigma de la masividad deberá ser revisado por los destinos con miras a la recuperación y mitigación tanto de los impactos provocados por los viajes como por otras actividades productivas.
El bosque de caldén fue catalogado entre vulnerable y amenazado (dos de las categorías más elevadas de amenaza) por el relevamiento forestal realizado por la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación (2007), mostrando además que no quedan parches mayores a 1.000 hectáreas en la provincia de La Pampa.
Esto ratifica lo que biólogos, especialistas y técnicos de la provincia vienen señalando, respecto de la urgente necesidad de crear nuevas áreas protegidas en el ecosistema del Caldenal. Realza por otro lado, la importancia que posee el Parque Luro como única porción protegida de dicho ecosistema en la provincia, ante lo cual reafirmamos nuestro compromiso con su rol para la educación ambiental, el manejo responsable de su uso público y la instalación de fuentes de energía renovables.
Decir caldén es decir La Pampa, porque hasta en su escudo la provincia ha querido rendir homenaje a esta especie exclusiva de la provincia fitogeográfica del Espinal. Llevan su nombre desde hoteles, grupos de folklore y hasta portales de Internet, demostrando el afecto que le profesa la comunidad local; ha sido y es fuente de inspiración para los poetas como Juan Ricardo Nervi, que le dedicó estos versos: “Qué sabes del caldén/ tú, que lo has visto/ morir de pie en la pampa? /Sabes que a veces llora, / y a veces, canta….?/Lo hiere el cortafierro/ la gubia lo desgarra,/ y, lo mismo que el sándalo,/cuanto más lo golpeas es mayor su fragancia”.
El caldén, como muchos otros recursos forestales, fue sobreexplotado. Algunos pueblos de La Pampa le deben su origen: Quehué (cuyo primer nombre fue Caldén), Conhelo, Rucanelo, Telén y Loventué, por ejemplo. Originalmente, cubría el 24% de la superficie provincial, con tres millones y medio de hectáreas. Hoy, según estudiosos como Pablo D’Atri, Marta Liliana Scarone y Ana Di Pangracio, está muy lejos de aquella abundancia, al punto de no superar el 11% de la superficie provincial, pero altamente fragmentado: es difícil encontrar parques que superen las 1.000 hectáreas.
Destacan Eduardo Haene y Gustavo Aparicio en el libro 100 Árboles Argentinos: “Hasta el presente, el caldén ha sido considerado un recurso por su madera de gran calidad y, en menor medida, por la sombra que brinda al ganado. Sin embargo, hoy es posible que el mayor valor sea el cultural, como símbolo de una región y protagonista de un rico folklore. Sería interesante que esta idea madure en su cultivo masivo en espacios verdes y la creación de un sistema de reservas con caldenales en la provincia de La Pampa y sectores aledaños”.
La Organización Mundial del Turismo (UNWTO)[1], organismo consultor de Naciones Unidas, establece una serie de parámetros para caracterizar el ecoturismo bajo el título “Ecoturismo y áreas protegidas-Definición de ecoturismo de la OMT”: “Ecoturismo se emplea para designar las formas de turismo que cuentan con las siguientes características: 1. Toda forma de turismo basado en la naturaleza en la que la motivación principal de los turistas sea la observación y apreciación de esa naturaleza o de las culturas tradicionales dominantes en las zonas naturales. 2. Incluye elementos educacionales y de interpretación. 3. Generalmente, si bien no exclusivamente, está organizado para pequeños grupos por empresas especializadas.
Los proveedores de servicios que colaboran en el destino tienden a ser pequeñas empresas de propiedad local. 4. Procura reducir todo lo posible los impactos negativos sobre el entorno natural y sociocultural. 5. Contribuye a la protección de las zonas naturales utilizadas como centros de atracción de ecoturismo : – Generando beneficios económicos para las comunidades, organizaciones y administraciones anfitrionas que gestionan zonas naturales con objetivos conservacionistas, ofreciendo oportunidades alternativas de empleo y renta a las comunidades locales, incrementando la concienciación sobre conservación de los activos naturales y culturales, tanto en los habitantes de la zona como en los turistas”. (Fuente: El mercado inglés del ecoturismo, OMT 2002).
Para dar un simple ejemplo del impacto positivo del turismo en la naturaleza, vale recordar que en 2016, Naciones Unidas estimaba que solo en USA el avistaje de aves y de otras especies de fauna y flora (una de las modalidades del ecoturismo o turismo activo responsable) generaba 32.000 millones de dólares anuales[2].
Los gobiernos nacional y provincial han avanzado hacia el objetivo de un nuevo Parque Nacional que preserve al caldén y su ambiente. Desde el turismo no podemos más que redoblar la apuesta, al poder sumar un área para el disfrute de las presentes y futuras generaciones que han protagonizado el agotamiento de un modelo y la necesidad de innovar y asumir un verdadero compromiso con el ambiente.
La pandemia está aumentando el reclamo por cambios a nivel planetario sobre la forma en que concebimos el “hacer Turismo”; los espacios como los montes de caldén requieren de guías intérpretes de la naturaleza, especialistas en senderismo, guías de caza fotográfica, guías de sitio, guías para observadores de aves, en una combinación de servicios y coordinación a nivel de cluster ideales para la reactivación social, el emprendedurismo, en un modelo de convivencia socioecológica que tiene base en el cuidado mutuo entre las personas y el ambiente. Cito a Andrés Jaque, del Programa de Diseño Arquitectónico Avanzado de la Universidad de Columbia, que afirma: “el viaje dejaría de ahondar en una cultura de exotización, colonialismo cultural y explotación para convertirse en una actividad vinculada al mantenimiento de redes de afectos y de colaboraciones laborales, culturales y de activismo ciudadano a largo plazo”.
La ratificación de la creación de un nuevo Parque Nacional en la provincia, que sumará un área de protección de nuestro valioso caldenal, es una oportunidad para la conservación de la biodiversidad y para la práctica del turismo responsable que venimos promoviendo.
[1] www.unwto.org [2] https://www.bbc.com/mundo/noticias/2016/06/160531_economia_potencial_economico_avistamiento_aves_lf