Vendedor senegalés denuncia discriminación en el microcentro de Santa Rosa

Billy, un comerciante senegalés que trabaja frente a la plaza San Martín, denunció públicamente que el municipio de Santa Rosa le prohibió la venta de ciertos productos y que varias inmobiliarias del microcentro le negaron el alquiler de un local sin razones claras. A través de sus redes sociales y en diálogo con la prensa,…

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Billy, un comerciante senegalés que trabaja frente a la plaza San Martín, denunció públicamente que el municipio de Santa Rosa le prohibió la venta de ciertos productos y que varias inmobiliarias del microcentro le negaron el alquiler de un local sin razones claras. A través de sus redes sociales y en diálogo con la prensa, el vendedor expresó su malestar y habló de una situación de discriminación que afecta su derecho a trabajar dignamente.

Instalado sobre la calle Yrigoyen, Billy comercializa diversos artículos como marroquinería, accesorios, lentes y equipos de mate. Según explicó, la Municipalidad le impidió seguir vendiendo lentes, mates y termos. “De los lentes ya me dijeron que es porque las ópticas no dejan. Pero de los mates no tengo explicación, eso estaba en el permiso que tengo vigente”, afirmó.

Contó que recibió una llamada desde el municipio, donde le informaron —sin mayores precisiones— que debía dejar de vender esos productos “por orden de arriba”. El comerciante criticó la falta de anticipación: “Si me avisaban con tiempo, lo entiendo. Pero cortarlo de un día para el otro no estoy de acuerdo”, expresó. Frente a esta situación, aclaró que continuará ofreciendo mates y termos a través de redes sociales, con entregas a domicilio sin costo.

Además, Billy señaló que intentó mudarse a un local comercial para dejar de trabajar en la vía pública, pero se encontró con obstáculos. Denunció que algunas inmobiliarias se negaron a alquilarle sin justificación concreta. “Me dieron vueltas, y después vi que se lo alquilaron a otro. Yo fui el primero en preguntar”, lamentó. En sus redes, sostuvo que lo prejuzgan por su origen: “Dicen ‘este negro vende anillos, no va a tener cómo pagarme’, pero están equivocados. No se puede juzgar sin conocer”.

A pesar de estas trabas, remarcó que no se detendrá: “No quiero estar más en la calle. Quiero una tienda porque lo que vendo no está pensado para vender en la vereda. Ya va a llegar el día”, aseguró. Agradeció a quienes lo apoyaron y sostuvo que prefiere dejar atrás el conflicto con el municipio para enfocarse en el futuro.

Desde el Colegio de Ópticos de La Pampa explicaron que la venta de anteojos sin habilitación viola la Ley Provincial 2415, que exige que estos productos solo se ofrezcan en lugares habilitados por el Ministerio de Salud y con la supervisión de un óptico matriculado. Si bien celebraron que finalmente se haya tomado alguna medida, aclararon que su reclamo siempre fue por el cumplimiento de la ley y no contra el trabajo de los vendedores ambulantes.