Una familia muy apreciada en Victorica vivió momentos de profunda angustia y, finalmente, de inmensa emoción tras un accidente ocurrido hace una semana en la Ruta 102. En el hecho, un adolescente de 14 años sufrió severas lesiones, incluida una fractura de cráneo que obligó a su internación en terapia intensiva en Santa Rosa. Contra todos los pronósticos médicos, el joven mostró una recuperación tan inesperada que su entorno no duda en hablar de un verdadero milagro.
El viernes 18 de abril, cinco integrantes de la familia Cabral-Pescara viajaban por la mencionada ruta cuando sufrieron un violento accidente. Aunque todos resultaron heridos, fue Tahiel quien llevó la peor parte: su estado era crítico y su vida corría serio peligro.
El adolescente fue trasladado de urgencia al Hospital René Favaloro, donde quedó internado en terapia intensiva bajo estricta vigilancia médica. Según relataron sus familiares, el panorama inicial era desalentador: los médicos informaron que debía ser sometido a una compleja y riesgosa cirugía para intentar salvarlo.
Una recuperación que desafió las expectativas
A partir de ese momento, comenzó lo que muchos en Victorica describen como una serie de hechos extraordinarios. Contra todo diagnóstico, Tahiel evolucionó favorablemente en cuestión de horas, al punto de que los médicos suspendieron la cirugía que tenían programada.
En menos de una semana, el joven pasó de terapia intensiva a sala común y, apenas cinco días después del accidente, fue autorizado a regresar a su hogar. Una noticia que trajo alivio no solo a su familia, sino también a toda una comunidad que siguió de cerca su recuperación.
La fe, un pilar fundamental
La familia Cabral-Pescara, de profundas raíces cristianas, atribuye esta inesperada recuperación a la intervención divina. Tahiel forma parte activa de un grupo de adolescentes que se reúne semanalmente en el Centro Familiar Cristiano, donde participa en actividades relacionadas con el evangelio.
Su regreso fue celebrado por amigos, vecinos y seres queridos que, desde el primer momento, se mantuvieron atentos a cada parte médico. Ayer, alrededor de las 19, la familia arribó al barrio 60 Viviendas y fue recibida con aplausos, abrazos y una gran muestra de cariño de la comunidad.
“Un regalo de Dios”
Sentados en la puerta de su hogar, madre e hijo compartieron un emotivo momento con quienes se acercaron a saludarlos. Magdalena, madre de Tahiel, no pudo contener las lágrimas al expresar su gratitud:
“Hace 14 años le pedí a Dios un hijo y me regaló a Tahiel. Hoy, después de todo lo que vivimos, siento que me lo volvió a regalar”, expresó visiblemente emocionada.
La mujer recordó también la gravedad del accidente: “Su cráneo se partió. Los médicos nos dijeron que era casi imposible que se salvara, pero nosotros creemos en un Dios que obra milagros. Hoy ese milagro tiene nombre: Tahiel Eleazar Cabral Pescara”.
Así, Victorica fue testigo no solo de una historia de supervivencia, sino también de la fuerza de la fe y el amor de toda una comunidad que nunca dejó de acompañar y esperar su recuperación.