Las refinerías ubicadas en las cercanías de Buenos Aires se verían obligadas a detener la producción de aproximadamente 150 millones de litros de gasoil, un volumen determinante para las próximas semanas de la campaña de cosecha gruesa, que se extenderá hasta abril, y que representa más del 10 por ciento de la demanda mensual de este combustible en Argentina.
Es que el operador del oleoducto Puerto Rosales, Oiltanking- Ebytem (OTE), ha estado procediendo con restricciones desde fines del año pasado, utilizando solo una de las dos monoboyas disponibles para la descarga de petróleo crudo proveniente del sur del país. Esta situación ha dificultado el abastecimiento de los complejos industriales, que dependen de los oleoductos para recibir el crudo.
La empresa tuvo dos incidentes ambientales con pocos días de diferencia, el 26 de diciembre y el 17 de enero. Por tal motivo, su actividad estuvo suspendida por el Ministerio de Ambiente de la provincia de Buenos Aires tras el segundo episodio y una fiscalía abrió una investigación judicial.
Ya durante enero, las refinerías dejaron de recibir 170.000 metros cúbicos de crudo, y se estima que para febrero esta cifra ascenderá a 103.000 metros cúbicos, según información proporcionada por Oiltanking a las petroleras afectadas.
Desde la empresa y tras la reparación de la avería, relativizaron los pronósticos. “La operación al 100 por ciento está garantizada”, aseguran.
Sin embargo, afirmaron que “esto puede causar algunas modificaciones transitorias en los cronogramas de entregas”. No obstante esto, “la programación sigue adelante en plena comunicación con los clientes y trabajando para que cada uno de ellos reciba el producto que necesita para continuar normalmente con sus operaciones”, explicaron en Oiltanking.
Las compañías involucradas por este suceso son YPF, Raízen Argentina y Pan American Energy, las cuales cuentan con plantas en Ensenada, Dock Sud y Campana, respectivamente.