Argentina votó contra una histórica resolución de la ONU y profundizó su aislamiento internacional

Argentina volvió a quedar en soledad en el escenario multilateral al votar en contra de una resolución clave de la Asamblea General de las Naciones Unidas que reafirma el derecho a la autodeterminación del pueblo palestino. La iniciativa obtuvo un respaldo abrumador de 164 países, incluyendo a las principales potencias europeas y a toda América…

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Argentina volvió a quedar en soledad en el escenario multilateral al votar en contra de una resolución clave de la Asamblea General de las Naciones Unidas que reafirma el derecho a la autodeterminación del pueblo palestino. La iniciativa obtuvo un respaldo abrumador de 164 países, incluyendo a las principales potencias europeas y a toda América Latina, pero el Gobierno de Javier Milei decidió alinearse con el reducido bloque que rechazó el texto.

El voto negativo marcó una ruptura con la tradición diplomática argentina en materia de derechos humanos y con la histórica defensa de la solución de dos Estados en Medio Oriente. La Cancillería ratificó así un giro profundo en política exterior, priorizando la sintonía ideológica con Estados Unidos e Israel por sobre el consenso regional y los posicionamientos históricos del país.

Según consignó El Destape, los únicos países que votaron contra la resolución fueron Israel, Estados Unidos y un pequeño grupo de naciones insulares del Pacífico, como Micronesia, Nauru y Palau. La decisión dejó a la Argentina alejada de socios estratégicos como Brasil, México y Chile, que acompañaron la iniciativa, y reforzó el aislamiento del país en el plano internacional.

El rechazo se produjo en un contexto de extrema gravedad humanitaria en la Franja de Gaza. Mientras la diplomacia argentina bloqueó la resolución en Nueva York, organismos de emergencia advirtieron sobre el colapso total de la infraestructura civil. En el barrio de Sheikh Radwan, más del 90% de los edificios se encuentran en riesgo de derrumbe por los bombardeos, dejando a miles de familias sin refugio. A esto se suma el impacto devastador sobre la infancia: Unicef informó que la mortalidad de recién nacidos aumentó un 75% en los últimos meses debido a la desnutrición severa que padecen las madres gestantes por el bloqueo de alimentos.

La ofensiva también alcanzó a quienes intentan documentar la situación. Por tercer año consecutivo, Israel encabezó el ranking de países con mayor cantidad de periodistas asesinados, de acuerdo con Reporteros Sin Fronteras, consolidando un escenario de censura y violencia contra la prensa.

Salud: otro voto en soledad

En la misma línea, Argentina también votó en contra de una declaración política histórica de la ONU sobre la lucha contra las enfermedades no transmisibles y la promoción de la salud mental. En esta ocasión, el país volvió a quedar aislado junto a Estados Unidos, meses después de haber formalizado su salida de la Organización Mundial de la Salud.

La declaración, titulada “Equidad e integración: transformar vidas y medios de subsistencia mediante el liderazgo y las medidas en materia de enfermedades no transmisibles y la promoción de la salud mental y el bienestar”, fue adoptada por el resto de los países y establece metas concretas hacia 2030, con un enfoque renovado tras la pandemia de Covid-19.

Según la ONU, el rechazo estadounidense se fundamentó en que el texto reconoce derechos como la salud sexual y reproductiva y aborda el impacto diferencial de estas enfermedades sobre las mujeres, puntos que chocan con la agenda conservadora impulsada por Donald Trump. El Gobierno argentino acompañó esa postura, profundizando su alineamiento político con Washington.

Esta decisión se suma a otras tomadas en el mismo sentido, como la salida de la OMS y la recepción en Casa Rosada del secretario de Salud de Estados Unidos, Robert Kennedy, conocido por sus posiciones antivacunas. En conjunto, los votos negativos en la ONU consolidan un patrón de política exterior que aleja a la Argentina de los consensos globales y la coloca en una posición cada vez más aislada.