Los bancos internacionales Santander y BBVA implementaron medidas de fuerte restricción crediticia en Argentina, en un contexto marcado por la caída de la actividad económica, las tensiones cambiarias y el encarecimiento del financiamiento. Según información conocida por Noticias Argentinas, ambas entidades redujeron de manera significativa la concesión de préstamos y recortaron coberturas sobre capital y beneficios para contener costos y riesgos.
BBVA sostuvo que las perspectivas de crecimiento económico “se han deteriorado en el tercer trimestre por la incertidumbre política, los elevados tipos de interés y las presiones cambiarias”. En la misma línea, Santander describió la situación del país como “complicada”.
Las dos entidades elevaron sus provisiones para cubrir créditos morosos, lo que impactó directamente en los resultados. La morosidad creciente y las dificultades de los clientes para asumir sus deudas obligaron a ambas instituciones a ajustar su exposición.
Un freno marcado en la oferta de crédito
BBVA reconoció una caída “significativa” en la producción de préstamos. Su directora financiera, Luisa Gómez, informó que entre julio y septiembre la actividad crediticia se redujo un 9%. Además, el crecimiento del banco en Argentina se desaceleró al 10% en el tercer trimestre, muy por debajo del 21% alcanzado en el período anterior.
Desde Santander, el consejero delegado Héctor Grisi explicó que la entidad concentra sus préstamos en empresas exportadoras y del sector energético, segmentos que generan ingresos en dólares y exhiben menor riesgo frente a la volatilidad local.
Una rentabilidad presionada por tasas extremas
Los elevados tipos de interés —que alcanzaron el 60% en octubre— aparecen como una de las causas centrales del freno. El encarecimiento del costo del dinero elevó el “coste del riesgo” al 4,91% para BBVA y al 7% para Santander. “Con tipos de interés reales en estos niveles, es imposible ganar dinero”, sostuvo Grisi.
Los balances también reflejan el impacto: entre enero y septiembre, Santander perdió 348 millones de euros, un 8,7% menos que el año anterior pero con un recorte del 36% en el tercer trimestre. BBVA, en cambio, alcanzó ganancias por 13 millones de euros en el mismo período, que totalizaron 104 millones en el trimestre, aunque representaron una caída del 25%.
Expectativas y cautela
A pesar del escenario adverso, ambos bancos sostienen que mantienen su presencia en el país a la espera de señales de estabilización. BBVA destacó que un enfoque persistente en políticas macroeconómicas, la baja de la inflación y una futura reducción de tasas podrían mejorar el clima financiero.
Santander, por su parte, evalúa con prudencia el posible efecto de la asistencia estadounidense en el mercado argentino, aunque por ahora mantiene una posición de máxima cautela.
El panorama confirma que, mientras la incertidumbre siga condicionando la economía, las entidades internacionales continuarán restringiendo crédito y reforzando sus defensas frente al riesgo local.

