Mientras avanza la construcción de un nuevo hipermercado mayorista y minorista en Santa Rosa, Carrefour inició un proceso de revisión estratégica que podría derivar en la venta total o parcial de su operación en la Argentina. La información fue publicada por medios nacionales tras conocerse que la casa matriz de la compañía en Francia otorgó un mandato al Deutsche Bank para evaluar el valor de sus activos locales y explorar eventuales compradores.
La decisión forma parte de un plan global anunciado en febrero por el CEO de Carrefour, Alexandre Bompard, que contempla desprenderse de filiales consideradas no estratégicas para concentrar inversiones en sus mercados prioritarios: Francia, España y Brasil. En esa revisión también se evaluaron las operaciones en Rumania, Bélgica, Italia, Polonia y Argentina, pero la compañía resolvió conservar su presencia europea.
Aunque aún no hay una definición concreta, el proceso podría extenderse por varios meses y contemplar distintas alternativas: desde una venta total hasta una asociación con un socio local, como ya ocurrió en varios países de Asia y África. Desde la empresa no hicieron comentarios públicos, pero fuentes cercanas aclararon que el análisis no implica el cierre del negocio ni pone en riesgo los puestos de trabajo.
Carrefour opera en Argentina desde 1982 y se consolidó como una de las cadenas líderes del país, con más de 680 tiendas y ventas anuales cercanas a los 6.000 millones de dólares. Emplea a más de 17.000 personas y tiene presencia en todas las provincias, excepto Tierra del Fuego. En los años ‘90, su expansión aprovechó el contexto de la convertibilidad y el crecimiento del consumo masivo, llegando incluso a registrar en su local de Quilmes el mayor volumen de ventas a nivel mundial dentro del grupo.
La posible venta se conoce apenas dos meses después de que Carrefour anunciara una inversión de 15 millones de dólares en Santa Rosa para instalar un nuevo hipermercado en el predio de La Rural, que generaría cien nuevos puestos de trabajo. El proyecto debió ser aprobado mediante una excepción al Código Urbanístico, lo que generó críticas por parte de comerciantes y sectores de la oposición. A pesar del contexto de incertidumbre, la obra sigue en marcha.