Trabajadores de la Casa de la Moneda denunciaron que la gestión del ministro Federico Sturzenegger estaría generando un “caos premeditado” con el objetivo de habilitar negocios con empresas privadas, muchas de ellas extranjeras. Según señalaron, se habría conformado un “canal clandestino” de información confidencial que involucra proyectos financiados con fondos públicos.
Contexto crítico
El gobierno nacional decretó el cierre de la planta de la ex Ciccone en Don Torcuato y dio de baja la mayoría de los proyectos en marcha, trasladando esas tareas a privados mediante contrataciones directas. En paralelo, la Casa de la Moneda fue declarada en Procedimiento Preventivo de Crisis, lo que habilita al interventor Pedro Cavagnaro a suspender trabajadores con el 70% del sueldo o despedirlos con el 60% de la indemnización. También se lanzó un programa de retiros voluntarios que alcanzó a algunos gerentes, a quienes se pidió permanecer en funciones hasta fin de año.
En este marco de incertidumbre, empleados advierten que ciertos gerentes estarían entregando a empresas privadas desarrollos tecnológicos clave, como medidas de seguridad para billetes, documentos y estampillas.
Proyectos sensibles en riesgo
Uno de los ejemplos citados es el desarrollo de estampillas para cigarrillos con nanochips que impiden su falsificación, proyecto para el cual técnicos viajaron a Suiza y Marruecos a fin de adquirir insumos y capacitación. Según denuncian, este y otros avances habrían sido compartidos con empresas que compiten directamente con la Casa de la Moneda.
Además, salió a la luz un intercambio de correos electrónicos en los que se discute la ubicación de un nuevo chip de seguridad en los pasaportes, haciendo referencia a un fabricante ajeno al organismo. Delegados gremiales señalan que esta tecnología, desarrollada por técnicos argentinos, estaría siendo utilizada por Linxens, una firma privada contratada por Renaper, que no invirtió en la investigación inicial.
“Nosotros desarrollamos y probamos el chip, pero la producción se la quiere llevar otra empresa que no hizo el trabajo”, explicó un delegado.
Tráfico de información y descontrol interno
Los trabajadores aseguran que estos intercambios se realizan sin trazabilidad institucional, sin órdenes de producción ni registros, lo que viola los protocolos de seguridad de una empresa estratégica. La filtración abarcaría áreas sensibles como Producción, Calidad, Seguridad y Fiscalización, generando una interna feroz ante lo que definen como “un desgobierno” bajo la actual intervención.
Respuesta oficial
Un gerente consultado reconoció la existencia del proyecto, pero aseguró que todo se encuentra “dentro del marco de homologación correspondiente” y registrado en los expedientes oficiales. Aclaró que, por decreto, la Casa de la Moneda debe transferir toda la información y procedimientos de confección de pasaportes al Renaper, en línea con lo que ya ocurre con otros insumos de alta sensibilidad como billetes y patentes.
Mientras tanto, las denuncias de los trabajadores ponen en alerta sobre una posible privatización encubierta de tecnologías estratégicas, desarrolladas con inversión estatal y con valor clave para la seguridad nacional.