Los primeros siete acusados por el presunto homicidio con dolo eventual de Diego Armando Maradona fueron notificados de la nueva imputación que incluye al médico clínico como parte del equipo de salud responsable de la muerte del “10” y sus defensas tienen tres días para responder si quieren ampliar su indagatoria, informaron este jueves fuentes judiciales.
Se trata de una cuestión meramente formal para la causa que los fiscales de San Isidro a cargo del expediente debían realizar luego de que en diciembre pasado sumaron como octavo imputado al médico clínico Alfredo Di Spagna.
Los primeros siete acusados fueron indagados en junio del año pasado, cuando Di Spagna no era imputado, por lo que ahora se reformuló el hecho que se les atribuye con la presunta participación del clínico y al haber cambiado la plataforma fáctica, tienen derecho a ampliar su declaración indagatoria.
Por ello, los fiscales Cosme Iribarren, Patricio Ferrari y Laura Capra emitieron este miércoles una cédula con el texto completo de la nueva acusación para notificar de manera formal al neurocirujano Leopoldo Luque, la psiquiatra Agustina Cosachov, el psicólogo Carlos Díaz, la médica coordinadora de la prepaga Nancy Forlini, el coordinador de enfermeros Mariano Perroni y los enfermeros Ricardo Almirón y Dahiana Madrid, cuál es el hecho que se les imputa.
Además, solicitan a las defensas de esos siete acusados que informen a la fiscalía “en el término de 72 horas”, si a partir de la nueva imputación y lo que declaró en diciembre Di Spagna, alguno de sus clientes desea o no ampliar su declaración indagatoria.
Fuentes judiciales anticiparon a Télam que algunos de los acusados van a contestar que ampliarán sus dichos frente a los fiscales.
En su indagatoria del 20 de diciembre pasado, Di Spagna negó haber tenido responsabilidad en la muerte del astro del fútbol y apuntó contra otra de las imputadas, la médica coordinadora de la empresa Swiss Medical, Forlini.
“Siento que no cometí ningún delito, estoy seguro de haber obrado bien profesional y humanamente respecto de lo que se me solicitó”, dijo ante los fiscales.
Di Spagna y sus defensores, Facundo Perelli y Manuel Barros, incluso aportaron a la causa unos audios de WhatsApp en los que la propia Forlini daba cuenta que era ella quien “ordenaba todo” y en los que le dijo que no vuelva a concurrir a la casa del barrio San Andrés de Tigre, donde solo pudo ver al paciente en una oportunidad, el 12 de noviembre de 2020, ya que el 18 concurrió, pero no lo dejaron ver al “10”.
En diciembre pasado sumaron como octavo imputado al médico clínico Alfredo Di Spagna.
Al clínico, que tiene antecedentes en el mundo del fútbol, ya que integra el cuerpo médico del club Huracán, los fiscales le reprochan haber visto al paciente en tan solo una oportunidad y no haber hecho un adecuado control clínico de su salud.
Más allá de la incorporación de Di Spagna a la nómica de los profesionales de la salud a quienes les imputan la comisión un supuesto “homicidio con dolo eventual”, los fiscales informaron en su notificación –a la que accedió Télam-, que “se ha mantenido incólume el encuadre fáctico” de la acusación.
Allí, Iribarren, Ferrari y Capra sostienen que los ocho “infringieron los deberes que cada uno tenía a su cargo, colocando o colaborando a colocar un cúmulo de factores y circunstancias notoriamente burdas, incrementando todos los antes nombrados el riesgo por fuera del margen permitido ocasionando el fatal desenlace del paciente que, de lo contrario, hubiese podido evitarse”.
“Así –continúa la acusación-, habiéndose representado el resultado fatal ante el grave cuadro de salud que evidenciaba la víctima y que era conocido al menos por todos los profesionales de la salud nombrados, ejecutaron acciones contrarias al arte de la salud y omitieron realizar los actos específicos que cada uno debía desarrollar entorno a su función, agravando el cuadro de salud de Diego Armando Maradona”.
Por último, los fiscales afirman que médicos y enfermeros colocaron al exfutbolista “en una situación de desamparo”, que lo abandonaron “a su suerte” y así “provocaron el deceso de Diego Armando Maradona el día 25 de noviembre de 2020 a las 12.30 hs. en ese domicilio producto de una insuficiencia respiratoria y paro cardíaco”.
Maradona, la mayor figura de la historia del fútbol mundial, murió a los 60 años de un edema pulmonar y una falla cardíaca el 25 de noviembre de 2020 al mediodía, en una casa del barrio privado San Andrés, de Tigre, donde transitaba la internación domiciliaria que está bajo investigación penal en la Justicia de San Isidro.
Tras las conclusiones de una junta médica, los profesionales de la salud que lo asistieron fueron imputados por “homicidio simple con dolo eventual”, figura penal que prevé de 8 a 25 años de prisión y que fue elegida por los fiscales tras una investigación en la que concluyeron que el equipo médico de Maradona fue “deficiente”, “temerario” e “indiferente”, y que sabía que el “10” podía morirse y no hizo nada para evitarlo.