El fiscal Martín Pezzetta está convencido de que en los chats privados del celular de Pablo Parra hay indicios que confirman su teoría: que estaba obsesionado con Agustina Fernández y que su rechazo fue el móvil del femicidio, contó el diario Río Negro.
Por eso le solicitó a la jueza de Garantías Agustina Bagniole la apertura del celular que secuestraron en el procedimiento de detención, pero que además le dejen buscar en la “nube” conversaciones de su antiguo móvil, el que se perdió el día del ataque a la joven en Cipolletti y que nunca se recuperó. Además intentará seguir algunos movimientos del imputado a través de ese celular.
El defensor Juan Coto no se opuso a la medida, incluso aseguró que el resultado de esas pericias solo abonarán su teoría: que Parra no es el femicida de Agustina.
Luego de más de cinco meses, la fiscalía reunió pruebas para acusar a Pablo Parra quien tenía un vínculo con la joven y era inquilino del departamento donde la encontraron casi muerta. Ayer a la mañana, Pezzetta solicitó habilitar la pericia para todos los dispositivos que hallaron en la vivienda ubicada en el barrio San Pablo donde el 22 de diciembre pasado fue detenido.
Además los acusadores solicitaron la geolocalización – a través de una cuenta de Gmail – y los movimientos del móvil durante el periodo de interés para la investigación. Entre ellos, contenido de los registros de llamadas, SMS, conversaciones de aplicaciones y archivos multimedia. También recuperar mensajes borrados.
Pezzetta pidió además la autorización de acceso y extracción de información contenida en la nube de aquellas cuentas de usuario como WhatsApp, Facebook, Google, Instagram, entre otras.
La jueza hizo lugar al pedido y autorizó el procedimiento a la Oficina de Investigación de Telecomunicaciones (OITel) del Poder Judicial. Estas pericias requieren del análisis de muchos datos por lo cual demorará algunos meses en tener todos los resultados.
Para muchos Parra siempre fue el principal sospechoso por el femicidio de la joven de Santa Rosa -La Pampa- . Sin embargo el fiscal y los investigadores profundizaron la pista del robo seguido de homicidio, especialmente por algunos testimonios que dieron origen al “famoso” identikit con el que comenzó la investigación.
Luego de meses sin resultados, y el interés que despertaron algunos indicios, Pezzetta volvió sobre Parra, quien nunca dejó de ser sospechoso según sus propias palabras. Comenzó a profundizar sobre el entorno de la víctima y lo que sabían de esa relación.
A raíz de esas pruebas construyó la teoría de que el hombre petrolero estaba obsesionado con la joven. Incluso la fiscalía cree que lo que desencadenó la brutal golpiza fue la negativa de la joven a realizar un viaje con Parra quien ya había reservado hospedaje en una localidad de la cordillera.
Finalmente, el 23 de diciembre, la jueza autorizó el allanamiento en su nuevo domicilio del barrio San Pablo y Parra fue detenido. Le dictó entonces seis meses de prisión preventiva.