El Gobierno oficializó la trazabilidad para el ganado y le proveerá el dispositivo a cada productor

El Gobierno nacional dio un paso significativo hacia la modernización del sector ganadero con la implementación del Sistema Nacional de Trazabilidad Individual Electrónica, que reemplazará el actual sistema manual y analógico de identificación de bovinos, bubalinos y cérvidos. Esta medida fue oficializada a través de la Resolución 71/2024 de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y […]

El Gobierno nacional dio un paso significativo hacia la modernización del sector ganadero con la implementación del Sistema Nacional de Trazabilidad Individual Electrónica, que reemplazará el actual sistema manual y analógico de identificación de bovinos, bubalinos y cérvidos. Esta medida fue oficializada a través de la Resolución 71/2024 de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca, y tiene como objetivo fortalecer la producción y mejorar el perfil exportador de la ganadería.

El nuevo sistema, diseñado por el SENASA, utilizará tecnología electrónica para la identificación individual obligatoria de los animales. Según indicaron las autoridades, “este sistema permitirá una trazabilidad precisa desde el nacimiento del animal hasta su llegada a la industria frigorífica”, lo que mejorará el control sobre el ganado y el proceso.

La implementación del sistema comenzará el 1 de marzo de 2025 y se llevará a cabo de forma gradual, coincidiendo con cada destete o movimiento de terneros. El Gobierno, con financiamiento de Organismos Internacionales ya través de una Licitación Pública Internacional, será responsable de proveer los dispositivos electrónicos a los productores de todo el país, con la meta de alcanzar una cobertura total antes del 1 de julio de 2026, cuando el uso del sistema será obligatorio para todo el rodeo.

Una de las características más innovadoras de este nuevo sistema es que los productores tendrán acceso a una aplicación móvil gratuita que les permitirá gestionar su stock ganadero desde sus teléfonos. La información generada por los dispositivos electrónicos ayudará a los productores a administrar su ganado de manera más eficiente y precisa. Además, la trazabilidad electrónica contribuirá a posicionar a la carne argentina en los mercados internacionales, donde los consumidores son cada vez más exigentes en cuanto a la calidad y seguridad del alimento.

Este sistema ya está en funcionamiento en países como Uruguay y Australia, y se espera que Paraguay y el estado brasileño de Pará lo implementen de manera obligatoria en 2025. Estos países son actores clave en el mercado global de carne, y la adopción de este tipo de tecnología responde a las demandas crecientes de los mercados.

“Argentina se una a una tendencia global irreversible en el comercio de carne, lo que le permitirá cumplir con los requisitos de mercados exigentes como la Unión Europea, Japón –el tercer mayor comprador de carne del mundo–, Corea del Sur y Arabia Saudita” , afirmaron desde el Ministerio de Agricultura. Esta medida no solo reforzará las exportaciones argentinas, sino que también consolidará la competitividad de la ganadería nacional en el escenario.

En la actualidad, la identificación de los animales es obligatoria mediante caravanas numéricas desde 2006, mientras que la identificación electrónica ha sido voluntaria. Con la nueva normativa, la identificación electrónica se convertirá en obligatoria, lo que simplificará la gestión del rodeo y reducirá los errores comunes en el sistema analógico.

Además de mejorar la administración del ganado, la trazabilidad electrónica permitirá un control más riguroso de los tratamientos sanitarios aplicados a los animales, facilitando respuestas rápidas en caso de brotes sanitarios. La información detallada que proporcionará este sistema también podría abrir la puerta a la flexibilización de ciertos requisitos de vacunación en el futuro.

Cuando comience la implementación, los productores recibirán los dispositivos electrónicos de la misma manera que actualmente se distribuyen las caravanas, lo que garantiza una transición fluida al nuevo sistema sin alterar los procesos.