En el marco de los 10 años como Sumo Pontífice, esta semana saldrá en Argentina un libro que repasa la última década del Papa Francisco al frente del Vaticano. En primera persona, habla sobre política, economía, su carrera dentro de la Iglesia Católica y sobre una posible visita a la Argentina.
En “El Pastor”, el argentino afirmó que se siente “cercano” al país, también consideró que es “injusto” que se diga que no quiere visitar su tierra natal y no descartó la posibilidad de volver a pisar suelo argentino al destacar que “sigue vigente” ese deseo.
“En la Argentina viví 76 años. Pero no estoy lejano, me siento cercano. Estoy siempre en contacto con muchos compatriotas amigos”, planteó el Pontífice en el libro que repasa su primera década como tal, escrito por los periodistas Sergio Rubin y Francesca Ambrogetti.
Francisco planteó en varias ocasiones que su esperada visita a la Argentina estuvo cerca de hacerse en 2017, en una gira que incluiría también Chile y Uruguay, pero que el calendario electoral del país trasandino terminó por cancelar la planificación.
“De todas maneras, el propósito de viajar a la Argentina sigue vigente. Es injusto decir que no quiero ir”, aseguró.
Por otro lado, sobre el tema de la política y las polarizaciones que atraviesan al mundo también aparecen en el libro y el argentino reflexionó: “No somos agua y aceite, somos hermanos. Entonces debemos salir de la categoría del agua y del aceite e ir hacia la fraternidad. Esto es, justamente, lo que en todo conflicto cuesta reconocer: la vocación fraternal de las personas. Cuando la ignoramos empiezan las divisiones. En todas partes es así.
Consultado por quienes lo acusan de “hacer política”, Francisco no dudó en responder que está “haciendo política”. “Toda persona tiene que hacer política. El pueblo cristiano tiene que hacer política. Cuando leemos lo que decía Jesús comprobamos que hacía política. ¿Y qué es política? Un estilo de vida para la polis, para la ciudad. Lo que no hago, ni debe hacer la Iglesia, es política partidaria. Pero el Evangelio tiene una dimensión política, que es convertir la mentalidad social, incluso religiosa, de la gente”, sentenció.