Pasadas las 18 y con un bajo nivel de participación ciudadana concluyó la votación en la ciudad de Córdoba, la segunda ciudad más poblada del país, para definir al sucesor del alcalde peronista y gobernador electo Martín Llaryora, en un duelo polarizado entre el viceintendente oficialista Daniel Passerini (Hacemos Unidos por Córdoba) y el diputado nacional radical Rodrigo de Loredo (Juntos por el Cambio).
Ahora las miradas de propios y ajenos están puestas -con lupa redoblada- en el escrutinio provisorio, sobre todo luego del tenso recuento de los comicios provinciales del pasado 25 de junio, signado por las fallas técnicas en lo que fue el defectuoso debut del sistema Turing de carga y transmisión de datos electorales desde las escuelas.
Como aquel domingo que derivó en la victoria de Llaryora sobre Luis Juez (JxC) por ajustados 3,3 puntos, en esta oportunidad también se votó con Boleta Única de Sufragio (BUS). Pero no aplicaron en cambio el cuestionado sistema y volvieron al formato tradicional de conteo.
Tras esa experiencia, en esta oportunidad los primeros datos serán cargados en la página oficial de escrutinio -cordobaciudad.datosoficiales.com- una vez que esté acumulado el 40% de los votos relevados (en ese caso podría ser antes de las 21, en función de la velocidad de la tarea en las escuelas) o a las 21, con los sufragios que ya estén escrutados. Un potencial escenario reñido elevará exponencialmente los niveles de ansiedad tras el antecedente del 25-J. “Los resultados del Escrutinio Provisorio se publicarán en esta página cuando la Junta Electoral lo disponga”, reza la página oficial, en medio del fuerte hermetismo en el organismo electoral.
La previa de este domingo incluyó ya un protagonismo no buscado por parte de la Justicia Electoral municipal, luego de una polémica publicación que incluyó el recordatario de que el voto es obligatorio pero también la definición de que no habrá sanciones para quienes no sufraguen. Desde la oposición cuestionaron la medida y advirtieron que desalienta la participación, un escenario que suelen beneficiar a los oficialismos (desde donde también cuestionaron en rigor la solicitada).
Pasadas las 15 desde Junta Electoral municipal confirmaron que la participación rondaba cerca del 40%, del padrón, lejos a priori del cerca del 68% de la votación a gobernador de hace un mes.
Fue en el marco de una jornada donde pesó fuerte además el clima agradable y el último día de las vacaciones de invierno escolares, con shoppings y centros comerciales repletos y muchos ciudadanos además en clave de retorno tras unos días de descanso. “Flojo nivel de participación, debería repuntar”, dijeron en horas de la siesta cordobesa desde filas de la oposición, frente a un fenómeno que beneficia a los oficialismos por su mayor estructura.
A tono con la fuerte expectativa que genera la elección por sus ecos provinciales y nacionales, se espera en el búnker de JxC el desembarco de los precandidatos presidenciales de la coalición opositora (Patricia Bullrich proyecta pisar suelo cordobés a las 19 y haría lo propio además Horacio Rodríguez Larreta), lo mismo que una de las espadas a jefe de Gobierno porteño, Martín Lousteau, líder del espacio Evolución Radical al que adscribe De Loredo.
Un triunfo del extitular de ARSAT podría derivar en una foto conjunta esta noche de los principales duelistas de JxC por la Casa Rosada en el bunker en el Alto Botánico de Chancay al 600, en el oeste capitalino, en una suerte de “tregua” en medio de la tensa campaña hacia las PASO del 13-A.
Desde la coalición opositora brotó un corte durante la tarde que mostró a De Loredo por encima de Passerini por unos siete puntos, mientras que desde el oficialismo agitaron otro con Passerini arriba por 2,5 puntos. Pero en general primó la cautela y el hermetismo en ambas veredas y se escuchó en repetidas oportunidades la calificación de “final abierto”.
La apuesta en juego en la estratégica plaza, que reúne cerca del 40% del electorado provincial, excede las fronteras municipales, más allá de la definición concreta que arrojarán las urnas sobre los cargos en disputa: el nuevo alcalde y su vice, 31 concejales (y 10 suplentes) y cinco tribunos de cuentas.
De Loredo (en dupla con la diputada nacional del PRO Soher El Sukaria) busca recuperar la estratégica plaza municipal -que perdió la UCR en 2019 a manos de Llaryora, luego de dos mandatos de Ramón Mestre-, tras una campaña con fuerte foco en la lucha contra la inseguridad.
Por su parte, Hacemos Unidos por Córdoba intenta retener el poder capitalino. Para ello marchó con la fórmula que integran Passerini y el extitular del PRO provincial, Javier Pretto, tras ruidoso salto de bando y en una estrategia de coalición ampliada que aplicó también Llaryora a nivel provincial y que alienta Schiaretti en el marco de su campaña presidencial por Hacemos por Nuestro País.
El desafío que afronta Passerini es grande, en una plaza con un electorado donde pesa fuerte el radicalismo. Pero desde filas del oficialismo agitan el antecedente que dejó la compulsa del 25-J: en la capital la brecha entre Llaryora y Juez se amplió a casi 8 puntos.
Con 131.148 personas habilitadas para sufragar, además de De Loredo y Passerini se presentaron en el cuarto oscuro otros 9 candidatos a intendente: el titular de la Asamblea de Pequeños y Medianos Empresarios (Apyme), Humberto Spaccesi (impulsado por el espacio del kirchnerismo de “Córdoba de Todos”); César Orgaz (Encuentro Vecinal Córdoba); Juan Pablo Quinteros (Somos Córdoba); Laura Vilches (FIT-U); Jorge Scala (Partido Demócrata); Verónica Sikora (La Libertad Primero); Eduardo González (Partido Humanista); José Saurrin (Partido Popular) y Romina Giménez (Partido Unión Popular).