En los Tribunales de Cipolletti se desarrolló la quinta audiencia del juicio por el femicidio de Agustina Fernández, la joven que había llegado a la ciudad desde La Pampa para estudiar Medicina. El jurado popular que definirá si Pablo Parra es culpable del crimen escuchará este viernes más testimonios citados por la Fiscalía, la querella y la defensa.
El plan de Parra para viajar a la Cordillera
La información recuperada de elementos informáticos fue analizada en forma minuciosa. Francisco Villar, miembro de la Brigada de Investigaciones, formó parte de la comisión del crimen de Agustina Fernández. Según explicó al jurado, buscó todas las cámaras de la zona y analizó la información de los teléfonos de Parra y Agustina.
El testigo recordó que hubo complicaciones en la investigación. En la búsqueda de cámaras, se toparon con que el domo de Venezuela y Circunvalación estaba orientado en la dirección contraria al complejo de departamentos. Se orientó en esa dirección recién a las 22, cuando ya se había pedido presencia policial.
Por otro lado, dijo que Parra “no recordaba” su correo electrónico que era “fundamental para recuperar la información de correos y redes sociales”.
El 15 de julio, más de diez días después del ataque, Parra creó un nuevo e-mail, cuando puso un nuevo chip de teléfono. “Es la primera vez que veo que alguien no se acuerda de su correo”, dijo Villar.
A través de los peritajes informáticos fue que los investigadores pudieron averiguar que había hecho una reserva para una cabaña de San Martín de los Andes y que planeaba viajar con Agustina. Para los acusadores, es uno de los indicios de que había una obsesión de Parra con la joven, ya que no había entre ambos una relación tal como para viajar en pareja.
Los detalles de la charla para alquilar la cabaña los terminó otorgando el propio dueño del hospedaje, detalló el policía.
Peritajes informáticos
Luego fue el turno de Gastón Semprini, integrante del Laboratorio de informática forense. Informó al jurado que analizó los dos teléfonos denunciados como robados (a través de los chip duplicados), dos notebooks de Agustina y una de Parra.
En el caso de la víctima, los investigadores pudieron recopilar gran cantidad de información, ya que tenía el teléfono vinculado a cuentas de correo electrónico, incluidas las redes sociales. Esa información, por ejemplo, permitió reconstruir su relación previa con Parra, que fue además relatada por amigas de la facultad y de La Pampa.
En el caso de Parra, los peritos no tuvieron el mismo resultado, en gran medida, porque las acciones del acusado. Según relató Semprini, cambió la cuenta Gmail y no dio la contraseña correcta. Es una actitud que difiere con la estrategia de la defensa, que sostiene que Parra colaboró con la investigación desde el primer momento.
“No hay pruebas”
A raíz del monitoreo de teléfonos y redes sociales, se obtuvieron escuchas y mensajes de las personas de interés para la investigación. En la audiencia, durante el testimonio de Baffoni se reprodujo el audio de una conversación entre Parra y un amigo.
Cuando su amigo le mencionó que la madre de Agustina reclamaba que se haga justicia, Parra respondió: “No hay pruebas, ya está”.
En la grabación, Parra no se auto incrimina, pero una vez más denota falta de preocupación por la muerte de la joven, algo que otros testigos recalcaron durante sus testimonios. Los policías que ingresaron al departamento y descubrieron que aún estaba con vida, por ejemplo, recalcaron que en ese momento nunca dejó de hablar del robo.
Fuente: La Mañana de Cipolletti