Este año habría ya desembolsos por unos USD 5.000 millones, de los cuales la mayor parte correspondería a YPF, estiman en el Poder Ejecutivo. Hasta 2026 creen que podría haber exportaciones adicionales por USD 18.000 millones.
El Gobierno planteó un horizonte de crecimiento de inversiones en el sector energético que llegaría a los USD 40.000 millones en los próximos cinco años como respuesta del mercado a la flexibilización de los controles cambiarios para las empresas de ese rubro que incrementen su producción hasta 2026.
Según estimaciones de fuentes oficiales, esa dinamización de las inversiones para Vaca Muerta y otras cuencas hidrocarburíferas comenzaría este mismo año, con un saldo que calculan cercano a los USD 5.000 millones, de los que la mayor parte corresponde a YPF y el resto a compañías enteramente privadas.
La secuencia que esperan en el Poder Ejecutivo es de un crecimiento paulatino de las inversiones anuales, para que en 2026 alcancen los USD 9.000 millones por año. Es una proyección que calza con otra de las estimaciones que hacen en los despachos oficiales: que en los próximos cinco años las exportaciones incrementales de hidrocarburos orillarán los USD 18.000 millones.
El Gobierno publicará en las próximas horas el decreto que formalizará la puesta en marcha del nuevo esquema de controles cambiarios que regirá para las empresas del sector energético que inviertan en producción de hidrocarburos, una suerte de “cepo light” que permitirá a compañías que inviertan capital en proyectos que incrementen la capacidad de generación de petróleo y gas, contar con libre disponibilidad de divisas para girar al exterior o pagar deudas.
La secuencia que esperan en el Poder Ejecutivo es de un crecimiento paulatino de las inversiones anuales, para que en 2026 alcancen los USD 9.000 millones por año y de USD 40.000 millones hasta 2026
El espíritu de la normativa nueva responde a un diagnóstico oficial que es la necesidad de incrementar la producción de hidrocarburos para abastecer la demanda interna y poder evitar un cuello de botella por la infraestructura faltante en el país para transportar la nueva energía que se genere.
El esquema cambiario ad hoc para el sector premiará con porcentajes adicionales de disponibilidad de divisas para las empresas en caso de que inviertan en proyectos de hidrocarburos convencionales, cuyo aumento de productividad es por definición más caro, o en cuentas en zonas marginales para evitar una concentración geográfica de los nuevos proyectos potenciales que nazcan o que se fortalezcan con una inyección de capital.
El Poder Ejecutivo aseguró que “el desarrollo del sector hidrocarburífero argentino resulta de crucial importancia para el desarrollo macroeconómico del país, estableciendo las bases de un crecimiento sostenible e inclusivo, de carácter federal, que garantice una expansión secular del empleo, la producción y las exportaciones”, mencionó.