Bajo la consigna “Nadie se salva solo”, en alusión a la emblemática historieta El Eternauta, científicos e investigadores del Conicet marcharon este miércoles en repudio al ajuste que, denuncian, sufre el sistema nacional de ciencia y tecnología desde la llegada del gobierno de Javier Milei.
La protesta se realizó en el Polo Científico de Palermo, con una importante convocatoria de trabajadores del sector, quienes advirtieron que la inversión estatal en ciencia se encuentra en su nivel más bajo desde el retorno de la democracia, y que incluso es menor a la registrada en el año 2002.
Desde la Red de Autoridades de Institutos de Ciencia y Tecnología, señalaron que entre diciembre de 2023 y abril de 2025 el sistema perdió 4.148 profesionales, mientras que los salarios de los investigadores cayeron un 34,7% en términos reales, acompañados por un deterioro del 27,9% en los salarios universitarios, todo en un contexto de inflación acumulada superior al 200%.
Sin fondos ni equipamiento
Los referentes del sistema científico denunciaron además la paralización total de actividades debido a la falta de presupuesto para servicios básicos, insumos de laboratorio y mantenimiento de infraestructura. A su vez, indicaron que los créditos internacionales que estaban aprobados para fortalecer el sector no están siendo ejecutados.
“El presupuesto actual representa apenas el 0,157% del PBI, menos de la mitad de lo asignado en 2023”, advirtieron. Esta cifra está muy por debajo de lo que establece la Ley 27.614 de financiamiento del Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología, cuyo cumplimiento el Gobierno mismo ha admitido incumplir.
Además, se confirmó que el Conicet suspendió nuevos ingresos, dejando sin efecto incluso 845 incorporaciones aprobadas en 2022, lo que obligó a cientos de jóvenes científicos a abandonar sus carreras o emigrar al exterior.
“Vaciamiento en marcha”
Desde ATE-Conicet Capital, el secretario adjunto Gonzalo Sanz Cerbino aseguró que el organismo atraviesa “un proceso de vaciamiento muy profundo y acelerado”, reflejado no solo en más de 1.500 puestos de trabajo perdidos, sino también en renuncias masivas ante la imposibilidad de sostener una carrera científica en las actuales condiciones.
“La gente se va porque es muy difícil trabajar así. Lo que estamos viendo es una nueva fuga de cerebros. Esta jornada busca mostrar que sin ciencia no hay futuro. Y sin trabajadores, no hay ciencia”, expresó.
Las universidades también en crisis
En paralelo, los rectores de las universidades nacionales presentarán en el Congreso un proyecto de ley para garantizar el financiamiento del sistema universitario. Según denunció el rector de la Universidad Nacional de Rosario, Franco Bartolacci, el 80% del personal docente y no docente está por debajo de la línea de pobreza.
“El funcionamiento de la educación superior argentina está en riesgo. Necesitamos una ley que asegure su sostenibilidad”, concluyó Bartolacci, quien también preside el Consejo Interuniversitario Nacional.